Como ya comenté un poco en una entrada pasada sobre Ostende, en esta ciudad es donde está la zona de playa más frecuentada por los belgas (eso si no los tenemos en España veraneando jajaja). El caso es que el otro día fui yo con unos amigos.
No es que hiciese un calor espectacular pero pudimos quitarnos la camiseta durante casi toda la tarde. La playa es mucho más grande de lo que me esperaba y la zona de bares y restaurantes de la línea de costa me recuerda mucho mucho a lo que se puede ver en España.
No había mucha gente, que básicamente eran familias de la zona francófona y de la frontera francesa, pero espero que se asome otra vez en sol por aquí y podamos volver pronto. Habrá que ver cómo es todo esto en temporada alta.
Llegar es muy fácil, puesto que todas las líneas de trenes que llegan hasta Brujas, suelen continuar esos pocos kilómetros más hasta la costa y terminar su recorrido en Ostende. Para desplazarse por la costa belga, hay una línea de tranvías, que es la más larga de Europa, que va desde la frontera holandesa hasta la francesa.