Quizá este post me haga rememorar parte de las que han sido las mejores experiencias de mi vida, pero hay varias palabras clave: Quetzal, Cacaolat, Erasmus… No hay que decir más.
La primera vez que fui a una cafetería y pedí un chocolate caliente llegó algo que no me esperaba. Una taza de Cécémel caliente. Para los que no lo conocéis, Cécémel, llamado fuera de Bélgica Chocomel, es la bebida de chocolate (estilo batido de chocolate) más parecido en sabor al famoso Cacaolat español, muy importante en Cataluña sobre todo. Quienes me conocéis bien sabéis que Cacaolat es para mi el mejor batido de chocolate (para gustos los colores) y decir que alguna bebida se parece a ese manjar es un gran halago viniendo de mí.
Aunque me impresionó, no era el chocolate espeso que yo esperaba. Así que, de nuevo, probé suerte en más sitios. Esta vez, en lugar de un Cécémel me dieron un vaso de leche caliente con virutas de chocolate en el fondo. Ése es el chocolate caliente que se sirve aquí, nada que ver con nuestra especie de pudín en el que mojar churros en año nuevo.
Tampoco estaba mal, pero no fue nada del otro mundo. Hasta que llegué aquí: Quetzal Chocolade Bar. Aquí si, en Lijnwaadmarkt 11.
El Quetzal, que surgió de las llamas de Quetzalcóalt, la Serpiente Emplumada o Serpiente Hermosa; la moneda de cambio en Guatemala y la preciosa ave cuyas plumas se utilizaban como moneda en tiempos pasados. El Quetzal del que tomó el nombre prestado Miguel de la Quadra-Salcedo. Tenía que cumplir con mis expectativas y, efectivamente, este lugar no me decepcionó.
Además de llevar este nombre, el del ave sagrada de mayas y aztecas, ofrece una amplísima oferta de chocolates en brownies, en batidos; con distinta concentración de cacao a elegir entre 25%, 35%, 55% o 71%. Un lugar con este nombre tenía que hacer honor a la bebida sagrada de los dioses; cuya materia prima, las mazorcas de cacao, fueron utilizadas como moneda de cambio por aztecas dado su valor, siendo así el chocolate como bebida algo digno de nobles y dioses.
Si vais a Guatemala y pedís un chocolate como los de los antiguos, tampoco esperéis nuestro chocolate español. Como estoy pudiendo comprobar, el chocolate se ha utilizado de formas muy diferentes en cada parte del mundo. Pero en todas ellas ha tenido gran importancia, dándosele por ello mucho mimo a su preparación. Distintas pero ninguna mala. En Bélgica: pedid vuestro chocolate al gusto, vuestro brownie, removed bien las virutas hasta que se deshagan y … ¡disfrutad!
Además, tienen un carnet de socio con el, con cada compra podréis acumular puntos y luego canjearlos por chocolates, brownies, etc. ¿Más? El lugar es amplio, lleno de sofás para poder reunirte con todos tus amigos al tiempo a comentar la noche anterior mientras disfrutáis de vuestra bebida caliente. Pero también tienen otras ofertas que maridan perfectamente con el brownie, será porque el chocolate marida con todo.
Un brownie de escándalo o un chocolate caliente, diferente pero de un sabor excepcional; aquí, en vuestro #erasmusamberes.