¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza cuando piensas en Flandes? Después del chocolate y la cerveza, ¿Cuál es el paisaje que lo acompaña?
Efectivamente, los ladrillos rojos y las fachadas escalonadas.
¿No es algo que resulta muy curioso?
Lo que más destaca de las ciudades de Flandes es el característico ladrillo de color terracota, que se utiliza en todo tipo de construcciones, ya sean de gran índole o en las típicas casas residenciales. Otra de las cosas que más llama la atención, son las casas antiguas que tienen la fachada con una terminación escalonada.
Hay muchas teorías sobre las razones de este tipo de construcciones. Os cuento algunas de ellas. Hay quienes dicen que se han hecho así para que las palomas se puedan posar bien, y tener coronada la casa con estas aves.
Corre el rumor también de que cuantos más escalones tuviera la fachada, más adinerada era la familia que vivía en la época en ese edificio, sobre todo las que están situadas en las orillas de los canales, como por ejemplo en Gante.
Otra de las razones, —más funcional—, es el hecho de facilitar el acceso a la chimenea y al tejado para su correcto mantenimiento. Para mí sigue siendo un misterio, aún no he dado con la razón concreta, pero… quién sabe, puede que sea simplemente ornamentación y se puso de moda por aquel entonces.
Seguiré investigando.