¡Hola a todos! Hoy vamos a hablar sobre uno de los elementos arquitectónicos más distintivos y fascinantes de la región de Flandes: las fachadas escalonadas.
Estas estructuras no solo embellecen las calles de las ciudades de Flandes sino que también nos cuentan una rica historia que se remonta a siglos atrás.
Las fachadas escalonadas, conocidas en neerlandés como trapgevels, se popularizaron en la región de Flandes durante la Edad Media y el Renacimiento. Esta característica arquitectónica tiene sus raíces en la práctica de construir techos a dos aguas para permitir el drenaje eficiente del agua de lluvia, algo esencial en el clima lluvioso de la región.
Las fachadas escalonadas surgieron como una solución práctica que, con el tiempo, se convirtió en una forma de mostrar el estatus y la riqueza del propietario. Durante los siglos XV y XVI, las fachadas se volvieron más elaboradas, con adornos y detalles decorativos que reflejaban la prosperidad de las ciudades flamencas.
El diseño escalonado permite que el agua de lluvia se deslice fácilmente, evitando que se acumule y dañe la estructura del edificio. Además, facilita el acceso al techo para reparaciones y mantenimiento, algo crucial en una época en la que la tecnología moderna de construcción no estaba disponible.
Más allá de su funcionalidad, las fachadas escalonadas se convirtieron en un símbolo de estatus. Las familias adineradas y los comerciantes prominentes competían por tener las casas más impresionantes, utilizando fachadas elaboradas para demostrar su éxito y buen gusto. Los diseños variaban desde los simples escalones hasta los más ornamentados con detalles góticos y renacentistas.
Aunque las fachadas escalonadas son una característica común en Flandes, hay una notable diversidad en su diseño. Algunos presentan escalones simples, mientras que otros están adornados con esculturas, ventanas decorativas y ladrillos de colores contrastantes. Esta variación refleja la evolución de la arquitectura flamenca y la influencia de diferentes períodos artísticos.
En muchas ciudades flamencas, los gremios (asociaciones de artesanos y comerciantes) jugaban un papel crucial en la vida urbana. Las casas gremiales, a menudo situadas en plazas principales como la Grand Place de Bruselas, exhiben fachadas escalonadas elaboradas que simbolizaban el poder y la riqueza del gremio. Estas estructuras no solo eran oficinas, sino también lugares de reunión y símbolos de la identidad gremial.
Hoy en día, muchas de estas fachadas han sido restauradas y preservadas como patrimonio histórico. En ciudades como Brujas y Gante, caminar por las calles es como retroceder en el tiempo, con edificios que conservan su apariencia original y nos ofrecen una ventana al pasado.
Espero que os haya parecido interesante y que si visitáis la región os fijéis en ellas. Un saludo y nos vemos pronto.
Tengo 21 años y soy estudiante de Arquitectura en la UPV de Valencia.
Este año estoy realizando mi Erasmus en la ciudad de Gante, aunque mi universidad sea la KU Leuven.
Soy una persona a la que le encanta vivir nuevas experiencias y que no suele tener miedo de encontrarse en situaciones sola o sin conocer a nadie. Si a esto le sumamos que me encanta viajar, nos encontramos con que la experiencia Erasmus era un sueño para mi.
Me encanta el arte y la arquitectura, me parecen dos ámbitos con los cuales se puede aprender muchísimo de una ciudad gracias a ellos y toda la historia que tienen detrás.
Siempre que voy a una ciudad nueva intento empaparme de su historia al máximo para poder entenderla un poco mejor.