El último fin de semana de Noviembre se suponía que tenía que ir de visita con unos cuantos amigos a Oslo, en Noruega, pero por diversos inconvenientes (temporal de frío, ciudad carísima, cansancio acumulado de tiempo atrás…) así que preferí perder el dinero del vuelo y hacer algún plan más tranquilo por alguna ciudad de Bélgica. Y unos cuantos amigos nos juntamos para hacer una visita a Leuven.
Leuven junto con Gante son las ciudades universitarias por excelencia de Flandes, aunque quizá Leuven tenga mayor proporción de gente universitaria ya que con una población de unos 90.000 habitantes, más de un cuarto de la población es estudiante. Leuven se encuentra a unos 30 km de Bruselas, así que no tardamos mucho en llegar en tren. Tuvimos suerte y hizo un día soleado y no tuvimos que sacar el paraguas.
El primer lugar que visitamos fue la plaza Ladeuzeplein, donde se encuentra la biblioteca universitaria. Esta plaza es la más grande de todo Leuven y su nombre proviene de un antiguo rector Monseignor Paulin Ladeuze. A pesar del Neorenacentismo de la fachada el edificio es de este siglo y fue un regalo de los americanos a la ciudad de Leuven.
Pero otra cosa que llama bastante la atención es lo que encontramos en el centro de la plaza, una estatua de una aguja en la que se encuentra un bicho pinchado en ella.
El origen de esta escultura fue el 575 aniversario de la Universidad Católica de Leuven, motivo por el cual el artista Jan Fabre creó este totem como regalo a la ciudad. Si dejamos la plaza por la izquierda nos encontramos con una estatua de un globo estático que también llama bastante la atención.
Nos dirigimos hacia el centro de la ciudad, exactamente al Grote Markt. Al igual que Gante, el centro histórico de la ciudad de Leuven también se encuentra en obras y también han encontrado restos antiguos de edificios, así que están paralizadas.
Aquí podemos encontrar el ayuntamiento y la Iglesia de San Pedro, ambos de estilo gótico. El ayuntamiento pertenece al siglo XV y llama la atención el detalle de sus fachadas, muy ornamentadas.
Justo en frente del ayuntamiento está el edificio del siglo XV también, la Iglesia de San Pedro. La iglesia se deterioró bastante tras ambas Guerras Mundiales y tuvieron que reconstruirla. En la entrada de la iglesia hay un gran reloj con una pequeña estatua dorada que cada cierto tiempo mueve sus brazos y golpea una campana.
El interior de la iglesia tiene mucho encanto, en ella encontramos bastantes reliquias como la estatua de Madonna y el niño en el trono de la sabiduría o el cuadro de Dirk Bouts La última cena.
También guardan una maqueta del diseño original de la iglesia hecha por el arquitecto Joost Matsys, la cual difiere bastante del diseño final.
Del Grote Markt nos dirigimos a lo que es conocido como el Bar más grande del Mundo o como se diría en dutch Oude Markt (Plaza antigua). El nombre no se refiere a que en Leuven tengan el bar más grande del mundo, sino que se trata de una plaza rodeada de bares de estudiantes, y que en las noches de la semana se llena de universitarios (nosotros como fuimos un Sabado no pudimos verlo en su pleno esplendor, pero aun así había ambiente). La plaza cuenta con 34 bares, así que puedes intentar hacer un tour por todos, pero llegar al número 34 de pie será bastante complicado.
Si tenéis tiempo también podéis ir a ver la fábrica de Stela Artois, que se encuentra al norte de la ciudad, aunque está un poco alejado motivo por el cual nosotros no fuimos.
Al final me quedé con ganas de haber visto el ambiente universitario entre semana, ya que he encontrado muchas similitudes entre Gante y Leuven, y si en ambiente nocturno también se parecen entonces no defraudará en absoluto. Pese a no ser una ciudad demasiado grande, merece la pena visitarla y ver también los mercados que inundan las calles principales (en algunos de los cuales por cierto, te dejan probar lo que venden y hay cosas muy ricas)