Una buena apasionada a la lectura ha de tener sus librerías de confianza allá donde vaya. Es por eso que, al llegar a Brujas, me puse manos a la obra a buscar y no pare hasta encontrar las mejores.
Lo que os traigo hoy es ni más ni menos que mis dos librerías favoritas de Brujas. Ambas, tienen libros en francés e inglés, además de tener todo tipo de prensa internacional (New York Times, Le Monde, Herald Tribune, The Economist…) y por lo tanto prensa española como La Vanguardia o El Mundo.
Una de ellas, la más antigua, se llama Boekhandel De Reyghere. Fue fundada como librería e imprenta en el año 1888 por la pareja Edmond De Reyghere y Julie Laridon. La empresa familiar surgió en un momento en que la necesidad de formación e información en Brujas era cada vez más palpable. Al fin y al cabo, el 40% de los habitantes de Brujas eran analfabetos en aquella época. Después de la muerte de su marido, la viuda Julie Laridon continuó el negocio. Más tarde, dos de sus hijos la ayudarían con ello.
Hoy, De Reyghere continúa siendo una empresa familiar que prioriza los libros ante lo demás. En estos años, cinco generaciones de libreros han conseguido mantener la librería con su esencia inicial y promover la literatura en una ciudad donde los libros forman parte de la vida cultural de sus ciudadanos.
La otra librería se encuentra en el número 2 de la calle Thigh, delante del rio Dijver. Su nombre es Brugse Boekhandel y se fundó en ese mismo lugar en el año 1934. Cuentan con una amplia gama de libros infantiles y juveniles y una impresionante colección de libros de fantasía y ciencia ficción. Además, a principios de este año, asumieron las actividades editoriales y mayoristas de Barbara Fay Verlag, una escritora flamenca. En Boekhandel, se respira una paz y tranquilidad que incita a leer e incluso disponen de sillones para que te animes a probar algún libro.
Vais a ver que con estas librerías es imposible no leer.
Soy Núria, una catalana de veintidós años que lleva esperando su Erasmus en Flandes desde antes de empezar la carrera. Me encanta leer, escribir y hablar. Escuchar también, me encanta aprender cosas nuevas. No podría vivir sin arte. Cuando estoy triste escucho música y cuando estoy feliz también. Amo comer, supongo que el amor por la comida me viene de mi padre. En mi casa, siempre hemos sido de probar platos típicos de otras culturas, y no solo eso, de aprender a cocinarlos también.
Desde los catorce, tuve claro a qué me quería dedicar. Mi sueño era bastante específico: estudiar periodismo en Madrid. Luego, llegó el bachillerato y con ello las clases de economía. Nunca pensé que me fuera a gustar algo así, pero vaya si me gustó… La economía me generaba una curiosidad tan grande, que la puse de primera opción junto con ADE. De esta forma, en 2016, empecé un doble grado en economía y ADE. Descubrí un mundo nuevo, y fui consciente de lo importante que era la economía para ayudar a la gente. Comprendí que los economistas son importantes, pero no para lo que cree la mayoría de la gente. Ellos pueden elaborar modelos para reducir la pobreza, extinguir la corrupción e incluso evitar guerras. A medida que aprendía más cosas, mi amor por la economía crecía. Hoy, la economía me apasiona, de esto no tengo ninguna duda, pero el periodismo aún forma parte de mí.