Históricamente Gante era conocida por su gran tejido industrial y las consecuencias que ello traía: una nube de contaminación que hacía aún más difícil la llegada de los tímidos rayos de sol. Sin embargo, a lo largo de las últimas décadas la preocupación por el medio ambiente, el reciclaje y los productos naturales típica de la zona flamenca ha cambiado esta tendencia. Muchas de las antiguas áreas industriales se han convertido en salvajes zonas verdes en medio de la ciudad, espaciosos prados, pequeños lagos refugio de distintas especies o zonas de recreo para los más pequeños.
En este post aprovechamos una de las estaciones más bonitas del año en Gante para recorrer algunos de los parques que inundan la ciudad. Flores de todos los colores y hojas jóvenes y fuertes dan vida durante estos meses a las calles recordándonos que el buen tiempo está a la vuelta de la esquina. Y es que si algo ha conseguido Gante en los últimos años es situarse entre las localidades punteras en integración de espacios verdes dentro de la urbe, creando un “pequeño bosque” en cada barrio de la ciudad.
Entre los más destacados y cita obligatoria en esta estación, no podemos olvidar Citadelpark, Muinkpark, Koning Albertpark, Konining Astridpark, Baudelohof, Keizerpark o Groenevalleipark. Aunque si queremos dar un paso más y salirnos de lo ya conocido, en los barrios colindantes al centro se esconden pequeños bosques alejados de la mano del hombre donde todo crece bajo las órdenes de la Madre Naturaleza, donde la belleza surge sin previa planificación, donde el ser humano es el intruso ante las miradas de los diferentes animales que lo habitan. Tales lugares son la Reserva Natural de Bourgoyen-Ossemeersen, Natuurpark Overmmers, Parkbos: Portaal Grand Noble, Park De Vijvers, Liedemeerspark o Gentbrugse Meersen.
Como es prácticamente imposible visitar todos ellos, en el próximo vídeo os mostraremos imágenes de aquellos más típicos junto con otros que no todo el mundo conoce:
¡Bienvenidos a los pulmones de Gante!