Una de las cosas que caracteriza Bruselas es ese olor a gofre de todas las calles de la ciudad. Bueno, ese olor a gofre y también esa furgoneta amarilla (seguro que los que vivís aquí la habéis visto más de una vez) que deambula por toda la ciudad. A veces es un placer encontrártela, pero otras se convierte en una pesadilla porque nunca podrás decir que no a uno de los mayores placeres del mundo: los gofres belgas.
En Bruselas, encontraréis todo tipo de gofres. Los originarios están normalmente espolvoreados con azúcar glas, pero en las zonas más turísticas podréis encontrarlos con frutas, nata montada, nutella y muchas variedades más.
Encontraréis dos tipos de gofres: los de Bruselas y los de Lieja. La principal diferencia es que los gofres de Bruselas son más ligeros y tienen una forma más rectangular, mientras que los gofres de Lieja son mucho más dulces y pesados, aunque son estos últimos los que se suelen encontrar en los puestos de Bruselas.
El precio de los gofres puede variar desde un euro hasta los cinco euros, según los ingredientes que elijas. La mayoría de gofrerías se encuentran entre el Manneken Pis y la Grand Place, pero yo os recomiendo una situada en Rue Neuve 23-29 llamada Vitalgauffre. Sus gofres de chocolate son especiales: calientan un gofre normal y meten barras de chocolate dentro hasta que se funden por el calor. ¡No os defraudará!
¡Que algo esté tan delicioso y sea tan sencillo de hacer debería estar prohibido! Para conseguir hacer los gofres perfectos, podéis utilizar la siguiente receta. Los ingredientes para hacer unos doce gofres son:
- 500 gr. de harina
- 175 gr. de leche
- 50 gr. de levadura
- 2 huevos y 1 yema
- 10 gr. de sal
- 1 sobre de azúcar avainillado
- 250 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
- 300 gr. de azúcar perlado
Comienza disolviendo la levadura en medio litro de agua tibia y después bate la clara de huevo hasta el punto de nieve. Pasa la harina por un colador en un bol y después haz un pequeño hueco en medio, en el que debes poner la levadura disuelta y mezclarlo con la harina. Ahora, echas la leche tibia y las yemas de huevo y añades la mantequilla (ya derretida), la clara de huevo al punto de nieve, el azúcar de vainilla y el perlado y la sal. Dejas reposar la masa hasta que haya doblado su tamaño. Entonces, pones un poco de masa en la máquina de hacer gofres y les echas por encima lo que te apetezca: nata, chocolate, frutas y… ¡listo!