Ya han llegado los mercados navideños a Flandes, y con ellos las ciudades adquieren un nuevo esplendor y una calidez propia de estas fechas. Estos mercados son típicos de la zona norte y centro de Europa, y tienen una tradición que se remonta al siglo XIV en Alemania. De hecho, el primer mercado documentado es el que tuvo lugar en Dresde en 1434, aunque también hay otros muy antiguos como el de Estrasburgo, de 1570, o el de Nuremberg, de 1628.
Estos mercados son algo especial, con la ambientación que recrean, sus luces, música tradicional y oferta tanto gastronómica, como de artesanía u objetos navideños, transmitiendo todo el encanto y espíritu de estas fechas. En las plazas principales y en algunas calles adyacentes, aprovechando en ocasiones los rincones más variados, se levantan multitud de casetas de madera decoradas, en los que los artesanos locales ofrecen estos productos a los visitantes. Los mercados se llenan de personas de todas las edades, pues atraen a todo el mundo, desde los más niños a los más mayores, ya que también ofrecen actividades lúdicas para todos los públicos. La verdad es que se crea un ambiente único y muy animado, a pesar del frío que ya se nota en estas fechas. ¡A mí me ha encantado visitar algunos de ellos!
No solo puedes encontrar productos artesanales de todo tipo, sino también comestibles (quesos, galletas, chocolates…), adornos navideños o muchos complementos de abrigo para el invierno (que aquí es bastante duro) como gorros, guantes, o bufandas. Además, en todos los mercados se instalan pequeños “bares” donde puedes comer o beber. En ellos te ofrecen comidas típicas de la región: carnes a la brasa, quesos, patatas, crepes… y bebidas variadas, desde chocolate caliente hasta cerveza, pasando por las típicas ginebras belgas o el famoso “glühwein”, un vino caliente y dulce con muchas especias muy típico del norte de Europa. En muchos de ellos además se instalan enormes norias, carruseles de estilo antiguo o pistas de hielo. Así que puedes pasar tranquilamente toda la tarde en el mercado paseando, comiendo y bebiendo, y se te pasan las horas volando.
Estos días he tenido la suerte de poder visitar con unos amigos algunos de los mercados más famosos de Flandes: el mercado de Brujas (23 noviembre 2012 – 2 enero 2013), instalado en su Gröte Markt, con pista de patinaje incluida, el de Amberes (8 diciembre – 31 diciembre 2012/6 enero 2013), donde los puestos ocupan varias plazas (Grote Markt, la plaza del mercado viejo, Handschoenmarkt, el Suikerrui y el Steenplein), como no podía ser menos en una ciudad tan grande como ésta, y el de Gante (7 diciembre – 30 diciembre 2012), que se celebra en St. Baafsplein rodeado de sus magníficas catedrales.
El mercado de Bruselas (30 noviembre 2012 – 6 enero 2013) por su parte ha sido calificado como uno de los más originales con más de 240 stands, y tiene de protagonista el chocolate, como no podía ser menos.
Por supuesto también he estado en el de Lovaina (12 diciembre – 23 diciembre 2012), que se sitúa entre la plaza de la Biblioteca Universitaria y sus alrededores. Creo que es uno de los que más me ha impresionado por su variedad y su montaje. Tiene una pista de “curling” (ese deporte parecido a la petanca que se juega en el hielo, deslizando una gran piedra por el mismo), un gran bar de dos pisos y una recreación de la casa de Santa Claus en el centro, donde puedes visitar todas sus habitaciones y saludar al mismísimo Santa Claus. Además se organizan actividades alrededor del mercado como el concurso de Stoofvlees (un guiso tradicional de la zona) que se celebró ayer dentro del recinto.
En todos ellos disfruté muchísimo, probando el glühwein, comiendo y visitando todos los puestos, y de verdad que os recomiendo una visita a estos mercados si estáis por esta zona de Europa en estas fechas.