Existe un grupo de pequeños gnomos malvados llamados “Los Milimétrix”. Desde antaño, conviven con nosotros en las ciudades, pero son tan diminutos que pasan desapercibidos para nosotros. En cambio, ellos siempre nos han estado vigilando.
El modo en el que vivimos les afecta enormemente. Los coches son un peligro para ellos, y por eso evitan toda carretera. Pero en ciudades como Gante, evitar la calzada ya no es suficiente. Ahora, su mayor amenaza son las bicis, ya que están por todos los lados e impiden que «Los Milimétrix» hagan vida normal. Es por eso que intentan boicotear a los ciclistas y ponen trampas para impedir su circulación. Aquí os dejo tres de ellas para que les prestéis atención.
TRAMPA 1: LÍQUIDO DESLIZANTE
Esta técnica maléfica consiste en hacer caer al ciclista. La camuflan sin problema en días de lluvia, cuando es más lógico que las ruedas patinen. Es por eso que, en este tipo de días, hay que tener un cuidado extra. También suelen poner esta trampa en las vías del tranvía, que son una de las grandes amenazas para todo aquel que pedalee por la ciudad. Si la rueda encaja en las vías, es bastante probable que el ciclista acabe en el suelo. De tal modo que, hay que prestar mucha atención y siempre cuidar la trazada para no caer en este truco de «Los Milimétrix». El suelo no es el sitio más agradable en el que estar.
TRAMPA 2: AGUJAS INVISIBLES
Simple pero eficaz. «Los Milimétrix», de vez en cuando, se dedican a esparcir pequeñas agujas invisibles por la ciudad. Después, lo único que tienen que hacer es esperar a que algún ciclista pase por la zona y a que su llanta se lleve una de las agujas por delante, causando así un incómodo pinchazo. Esquivar esta trampa es raramente posible y solucionar el problema que trae consigo puede ser bastante incómodo. Es por esto que esta trampa se puede considerar como una de las más molestas. Para minimizar el riesgo, te recomiendo escoger bien las calles por las que circulas y estar siempre atento en lo que a tus llantas se refiere.
TRAMPA 3: ADOQUINES CON MUELLES
Gante tiene calles de todo tipo, pero esta tercera trampa se encuentra, sobretodo, en aquellas que están adoquinadas. «Los Milimétrix» se dedican a desengrasar las cadenas de las bicis por las noches y a instalar unos muelles en los adoquines de la ciudad. Así, por el día, cuando un ciclista pasa por estos, es víctima de un temblor casi incontrolable. Esto hace que la cadena desengrasada de la bici se salga del lugar indicado y provoque otra situación incómoda para el ciclista. Para prevenir esto, siempre es aconsejable engrasar periódicamente tu cadena y, a ser posible, evitar los adoquines.
De cualquier forma, a pesar de que «Los Milimétrix» pongan mucho empeño en hacernos rabiar, con los consejos que os he brindado y con el acondicionamiento ciclista que tiene Gante, estoy seguro de que será extremadamente difícil que caigáis en una de sus trampas.
Pero si lo hacéis… tomáoslo con filosofía y no dejéis que unos diminutos gnomos os ganen la batalla.
OS ESPERO EN EL PRÓXIMO POST: «Flamenco a Bocados» (CAP.2)
Os invito a este extraño lugar. Aunque las visitas no son frecuentes, haremos de esta ocasión la excepción que confirma la regla. Bienvenidos a mi cabeza.
Seguidme, os llevaré a un sitio muy especial. Normalmente, tras esta puerta pintada de colores, uno puede toparse con espaguetis flotantes, junglas de pingüinos o ciudades invisibles… A decir verdad, la mayoría de las veces, ni siquiera yo mismo estoy seguro de lo que me espera al girar el pomo. De todas formas, hoy podéis estar tranquilos. Hoy sí sé lo que hay al otro lado:
Al otro lado está Gante. Y sus calles adoquinadas, clones en bici, música abstracta, dinosaurios, idiomas alienígenas, hechizos y, dentro de esta normalidad, infinidad de locuras.
Lo más seguro es que si os dejase sueltos por este lugar, acabaríais majaras. Como no queremos eso, os lo voy a enseñar poco a poco, durante cinco meses.