A medida que hace más frío te apetece estar recogido en algún lugar y comer algo caliente como una sopa o un puré. En casi todos los bares y restaurantes de aquí te encuentras en la carta, entre las bebidas calientes o los entrantes, algunas de las sopas más típicas de aquí, como la de tomate o verduras, muchas veces acompañadas por “meatballs”, lo que para nosotros son pequeñas albóndigas. Esto es porque aquí es muy típico tomar para comer una sopa con un panecillo con mantequilla (ya sabéis que en muchos lugares de Europa el almuerzo suele ser más ligero que en España). Es algo muy apetecible porque el precio es asequible, sobre todo para los estudiantes, y te ayuda a entrar en calor.
Pero lo que más me ha sorprendido ha sido encontrarme restaurantes que se dedican exclusivamente a servir sopa tanto para tomar en el sitio como para llevar. En Lovaina de momento he descubierto dos: el Coup de Soup (c/ Herbert Hooverplein 15) y el Soup Away (c/ Tiensestraat 29). Había intentado varios días entrar a comer en ellos pero la cola que había siempre sobrepasaba la puerta, así que me iba a otro lugar. El otro día sin embargo tuvimos suerte y entramos en el Soup Away a comer, donde incluso quedaba alguna mesa para sentarnos. El sitio nos gustó bastante, ¡había como 10 tipos diferentes de sopas para comer! y, según he visto, van cambiando cada día. Algunas se parecen más a lo que nosotros llamamos crema o puré pero hay mucha más variedad de la que estamos acostumbrados: sopa de zanahoria, coco y jengibre, sopa de coliflor con mascarpone y nueces, sopa de calabacín con miel de acacia…, por poner algunos ejemplos.
Tuvimos que pedir a una chica de la cola que nos tradujese el menú porque con nuestro precario flamenco no conseguimos descifrar el significado de todas las opciones. A las sopas, además, se les puede añadir extras como queso, pan frito (croutons), pequeñas bolas de carne, o crema, y puedes elegir entre tres tamaños diferentes.
Al final nos decidimos por unas Pompoensoep met spekjes en gebakken champignons (sopa de calabaza con champiñones y bacon) y por una Kippenbouillon met balletjes (sopa de pollo con verduras y pequeñas albóndigas) de un tamaño mediano, ¡y puedo deciros que nos quedamos más que satisfechos! Creo que es una buena opción para comer sano, barato y rápido y en cuanto pruebe el otro restaurante os cuento qué tal ha sido.