Hallo!
Yo, que vivo en la provincia de Barcelona, estoy acostumbrado a tener la playa cerca. Ver el mar y los barcos es algo bastante habitual para mí, especialmente cuando paseo por la ciudad condal o por algunos pueblos y ciudades de la costa catalana. Ver un puerto, por lo tanto, es lo más normal del mundo.
Sin embargo, a mi llegada a Lovaina, no me pareció tan normal encontrarme con una escena totalmente inesperada: barcos (y no uno ni dos, sino una decena) en la capital del Brabante Flamenco. No hace falta decir que Lovaina es una ciudad de interior. Tan interior que está a aproximadamente 130km en línea recta de una de las ciudades más importantes del litoral belga, Ostende.
¿Y entonces, por qué hay barcos en Lovaina? Cuando un compañero me comentó su sorpresa (“¿Sabes que hay barcos en Lovaina?”) la primera imagen que me vino a la cabeza fue una gran plaza con alguna escultura de un barco, o algún barco pequeño adornando un parque de la ciudad. Pero nada más lejos de la realidad: en Lovaina hay un puerto.
El motivo es bien sencillo: no se trata de un puerto marítimo, puesto que el mar queda muy lejos de la ciudad, sino de un puerto fluvial. Si habéis paseado por Lovaina os habréis encontrado con agua: se trata del río Dijle. Aprovechando su curso y sus aguas, un canal fue construído en 1750 para conectar Lovaina con Malinas (Mechelen).
Pues bien, el canal es navegable para pequeñas embarcaciones en algunos de sus tramos, de modo que fue necesario construir una zona donde estacionar (y reparar) los barcos en la ciudad. Por ese motivo aún en la actualidad podemos contemplar barcos en Lovaina, muy cerca de la zona norte del anillo, a las faldas del Park Keizersberg.
Si aún no lo has visitado, te recomiendo que lo hagas. Aunque no es un espacio muy grande, es algo curioso que no te puedes perder. Además, puedes sentarte en unas estructuras de madera que hay en el extremo del puerto y descansar mientras disfrutas de las vistas, que son preciosas especialmente en la puesta de sol. La zona de los bancos de madera está cubierta con banderillas blancas, que dan la sensación total de estar en cualquier pueblo de costa. Pero no… ¡sigues en Lovaina! Además, puedes tomar algo en el bar del OPEK, que siempre tiene mucho movimiento.
Un saludo,
Alejandro
Me llamo Alejandro Caravaca Hernández, y seré el corresponsal de Turismo en Flandes y Bruselas en Lovaina durante el primer semestre del curso 2018/2019. Ya me iréis conociendo poco a poco (nos esperan 5 meses por delante) pero, a modo de presentación, os explicaré brevemente quién soy y qué espero de mi experiencia en Lovaina.
Nací en noviembre del 1997, hace poco menos de 21 años, y vivo en Montcada i Reixac, un municipio de la periferia de Barcelona. Estoy estudiando 4º de Pedagogía (por si alguien se lo estaba preguntando, no es lo mismo que podología ni que logopedia) en la Universitat Autònoma de Barcelona, una de las universidades públicas catalanas. Me considero una persona activa y sociable, y participo en iniciativas socioculturales del municipio donde vivo, además de ser representante estudiantil en mi facultad. Entre mis hobbies destacaría el teatro: formo parte de un grupo de teatro amateur en Montcada i Reixac. De hecho, hace unos meses estrenamos un musical basado en la película Moulin Rouge, en el que pude interpretar el papel del antagonista, “el Duque”.