Hallo!
Os contaba que había visitado Amberes el fin de semana pasado, y que la ciudad me gustó mucho, especialmente la Grote Markt, la Catedral y el museo MAS (podéis leer el post haciendo click aquí). Sin embargo, hubo algo que me impactó de manera positiva por encima de todo lo demás: el museo de Rubens.
Por si alguien no lo sabe, Peter Paul Rubens fue uno de los pintores más importantes de toda la historia del arte occidental. Nació en la ciudad de Siegen (actualmente parte de Alemania) en 1577, pero pasó gran parte de su vida en Flandes, especialmente en Amberes. Allí vivió durante muchos años con su primera mujer, Isabel Brant (1591-1626) y en la actualidad su casa se ha convertido en un museo donde se expone parte de su obra y la de otros artistas de Flandes y de otras partes de Europa.
El Rubenshuis, literalmente Casa de Rubens, se encuentra en la zona céntrica de la ciudad, no muy lejos de la Grote Markt. La entrada general cuesta 10€, pero existen descuentos para personas menores de 26 años: la entrada reducida cuesta 8€. Puede parecer algo caro, especialmente si no estás muy familiarizada o familiarizado con el arte o con el pintor, pero, después de visitarlo, considero que vale la pena pagar el precio de la entrada para acceder a este museo.
La visita al museo consiste en un recorrido autoguiado por diferentes estancias del hogar del artista, donde se exponen diferentes cuadros y esculturas. Al no ser un museo “convencional”, en que las obras se encuentran en sala asépticas, sino que se trata de un verdadero hogar flamenco de la clase adinerada del siglo XVII, el valor artístico del Rubenshuis es muy elevado: el arte trasciende los cuadros y las esculturas e impregna paredes, suelos y techos.
Una guía de papel, con explicaciones detalladas sobre más de cincuenta obras, acompaña al visitante en su incursión en el arte de este maestro flamenco de la pintura. Entre ellas destacan bodegones con verduras, pescado y pájaros; un retrato de la segunda mujer de Rubens, Helena Fourment (1614-1673); un asiento de decano construido para conmemorar el ingreso de Rubens en la Guilda de San Lucas (el gremio de pintores de Amberes), con su nombre grabado en oro en el respaldo; el Moisés y Séfora de Jordaens; y el propio autorretrato de Rubens, muy conocido en todo el mundo.
Además, diferentes objetos y cuadros permiten al visitante adentrarse en la historia y conocer aspectos interesantes y/o anecdóticos: podemos observar un alzacuellos, utilizado para dar más volumen a la tela que recubría el cuello con sus múltiples pliegues en el siglo XVII o un retrato de un bebé en su lecho de muerte pintado por Matthis van den Bergh. Se explica que algunas familias adineradas deseaban tener un retrato de su hijo o hija en vida. Sin embargo, ante la elevada mortandad infantil, en ocasiones no era posible, puesto que el recién nacido moría a las pocas horas o semanas. Por ello, eran frecuentes los encargos de dichas familias a pintores de renombre para retratar a sus descendientes fallecidos, como un recurso para tener un recuerdo de ellos y ellas.
Al lado del retrato del bebé muerto, se expone una cama de columnas, cubierta con cortinas de terciopelo rojo. Destaca su tamaño: es excesivamente corta. Esto, a diferencia de lo que pensé en un principio, no se debe a la menor altura de la población del siglo XVII, sino a la posición en que dormían: se creía que, al dormir medio sentadas, la digestión y la circulación de las personas mejoraría.
El principio y el final del recorrido por la casa del pintor llevan al visitante al patio, con influencias italianas, lugar donde vivió durante unos cuantos años. No obstante, igual que sucede con muchos edificios y calles importantes de Amberes, el patio está en obras en la actualidad, y los andamios y las vallas metálicas afean la (poco visible) fachada interior.
Rubens murió en 1640, pero su arte permanece muy vivo en 2018, tanto en la que fue su casa como por todo el mundo. Si eres amante del arte y la pintura, te recomiendo totalmente que visites el Rubenshuis. ¡A mí me encantó! Puedes comprar tus tickets en la página web del museo (haz click aquí).
Un saludo,
Alejandro
Me llamo Alejandro Caravaca Hernández, y seré el corresponsal de Turismo en Flandes y Bruselas en Lovaina durante el primer semestre del curso 2018/2019. Ya me iréis conociendo poco a poco (nos esperan 5 meses por delante) pero, a modo de presentación, os explicaré brevemente quién soy y qué espero de mi experiencia en Lovaina.
Nací en noviembre del 1997, hace poco menos de 21 años, y vivo en Montcada i Reixac, un municipio de la periferia de Barcelona. Estoy estudiando 4º de Pedagogía (por si alguien se lo estaba preguntando, no es lo mismo que podología ni que logopedia) en la Universitat Autònoma de Barcelona, una de las universidades públicas catalanas. Me considero una persona activa y sociable, y participo en iniciativas socioculturales del municipio donde vivo, además de ser representante estudiantil en mi facultad. Entre mis hobbies destacaría el teatro: formo parte de un grupo de teatro amateur en Montcada i Reixac. De hecho, hace unos meses estrenamos un musical basado en la película Moulin Rouge, en el que pude interpretar el papel del antagonista, “el Duque”.