Llegamos a la tercera parte de la serie entradas en la que profundizamos en el arte del gran y único René Magritte. Si sois apasionados del arte como yo, os invito a leer las dos partes anteriores, en las que explico otros dos grandes temas presentes en el arte del pintor surrealista. Y es que el arte de Magritte juega con símbolos y repeticiones que coloca en múltiples contextos con tal de dotarlos de un significado nuevo. Hoy voy a hablaros de como utiliza el arte del mimetismo en las figuras que pinta.
Este motivo en su arte fue identificado por Suzi Gablik, se detiene a describir varios casos en que el pintor genera un cruce y mimetismo entre sujetos de origen animal y vegetal. Si bien los estudiosos no han conseguido ponerse de acuerdo del todo con el mensaje concreto que debe estar comunicando Magritte con este recurso (teorizando sobre el Darwinismo animal hasta la ansiedad social) sí que parece que hay un nexo entre todas las interpretaciones. La búsqueda de la despersonalización por asimilación al espacio, es decir, el arte de pasar desapercibido. Un recurso presente en el reino animal y natural, utilizado por muchas especies y del que Magritte dota a otras que naturalmente no lo tendrían en su arte.
Uno de los casos más habituales de mimetismo en su obra, pero, es el que muestra el cuerpo de una mujer fundiéndose con un fondo que oscila entre el cielo, la nocturnidad y el mar. Esto podría hacer una referencia literal al desvanecimiento de la mujer como referencia autobiográfica del autor, cuya madre se suicidó ahogándose en el río Sambre.
Para poner en práctica todo lo aprendido hasta ahora e identificar los símbolos en la obra de Magritte, no te pierdas el Museo Magritte de Bruselas.