¿Conoces el concepto de mercado de las pulgas? Esta es la manera tradicional con la que muchos entusiastas de las antigüedades se refieren a los mercadillo que se realizan al aire libre en los que puedes encontrar todo tipo de objetos de segunda mano. Tanta es su historia que, hasta Tintín encontró en este mercadillo de Bruselas una maqueta del barco del cómic titulado El Secreto del Unicornio.
Un mercadillo que ya es centenario, ya que desde 1919 la plaza en pleno corazón del barrio de Marolles es el centro de encuentro entre vendedores y curiosos compradores. Antes de que se cediera el lugar al mercadillo aquí tenía lugar el juego de pelota, de ahí el nombre de Place de Jeu de Balle. Aunque también hay quien lo llama «El viejo mercado» y no es de extrañar porque esta tradición comenzó mucho tiempo atrás. Ya en el siglo XVI, se hablaba de un «Oude Merct» en Bruselas, que abría martes y jueves desde 1640. Este en cambio abre de lunes a domingo, de 6 a 14h y de 6 a 15h los fines de semana.
¿Qué puedes encontrar en este mercadillo?
Absolutamente cualquier cosa. Creo que la magia de mercadillos como este se encuentra precisamente en el hecho de cualquier cosa que pienses puedes materializarse en el puesto de cualquier tendero, pero es que aquello que no puedes ni imaginarte también. Cámaras de fotos antiguas, fundas para las cámaras, carretes, vajillas, pines conmemorativos de todo tipo, tapices, muebles, candelabros, ropa, zapatos, juguetes, libros, videojuegos… ¡La lista es interminable! Algunos puestos tienen su pequeña sección artística con cuadros de todo tipo hechos por aficionados y no tan aficionados. En cambio, si el arte que te apasiona es el de la fotografía, es muy probable que encuentres cajas llenas de álbumes de recuerdos con fotos antiguas que cuentan historias de todo tipo.
Consejos para nostálgicos curiosos:
Si eres un amante de lo vintage puede que aquí te vuelvas loco con tantos estímulos interesantes. ¡Qué no cunda el pánico! He aquí algunos consejos a tener en cuenta para aprovechar tu visita al máximo:
- Quienes conocen el mercado recomiendan ir a primera hora de la mañana, o al menos antes del mediodía. Los mejores objetos suelen ser los primeros en venderse. Y además es el momento en el que todo está más ordenado, por lo que te será más fácil encontrar algo específico.
- Sin embargo… los chollos se encuentran a última hora. Cuando los tenderos empiezan a recoger es cuando se muestran más abiertos a regatear precios algo más bajos de lo que pedirían a primera hora. Así que si le has echado el ojo a algo, ¡no pierdas tu oportunidad!
- ¡Regatea! Negociar el precio de algunos objetos puede asegurarte casi siempre un precio más bajo del que te piden en un primer momento.
- ¡No seas tímido/a! Charlar con los tenderos es también una muy buena manera de conocer un poco más aquello que venden. No te extrañes si cualquiera de ellos empieza a contarte historias sobre máscaras de madera africanas o viejos relojes de pulsera. Y si tienes suerte y les caes bien puede que hasta te hagan una rebaja.
- ¡No te quedes solo con lo que ves! Un ligero vistazo no suele ser suficiente para descubrir todo lo que un tendero puede ofrecerte, a veces es necesario rebuscar en las cajas, entre las ropas, o incluso preguntar por algo relacionado con lo que veas en el puesto. Así que no te cortes, rebusca y rebusca, ¡podrías sorprenderte!
- Vuelve más de una vez si tienes la oportunidad. ¿Sabes aquello que dicen de que uno no puede bañarse dos veces en el mismo río? Pues bien, uno no visita dos veces este mercadillo de la misma manera. Cada día puede haber cientos de objetos nuevos esperando a ser descubiertos.
- ¡Ten a mano dinero en efectivo! Todos los puestos solo aceptan dinero en efectivo, pero si se te ha olvidado no te preocupes, hay un cajero automático justo en frente de la plaza.
- ¡Las manos libres! Visitar este mercadillo con bolsos engorrosos no es muy aconsejable. Lo más recomendable es ir con las manos vacías para poder curiosear cuanto se quiera.
Estos son algunos de los consejos que podéis seguir si visitáis el mercadillo. Pero, el más importante de todos es que disfrutéis de esta tradición centenaria de la ciudad y os llevéis un bonito recuerdo de ella, en forma de postal, fotografía antigua o cualquier otro elemento que os gusto de entre sus puestos. ¡Suerte en vuestra búsqueda!
Mi nombre es Fuensanta y durante los próximos meses tendré el placer de compartir mi estancia en Bruselas. Aunque llegara en septiembre, os adelanto que, a pesar de estar cinco meses aquí puedo asegurar una cosa: ¡aún queda mucho por ver! Revelaros todos y cada uno de los secretos y sorpresas que esconde la ciudad será el objetivo principal de cada publicación. Descubriremos historia, leyendas, arte, ocio, música y todo lo que un futuro estudiante erasmus necesite conocer antes de empezar esta gran experiencia.