El otro día hicimos una escapada mis amigos y yo a Mechelen… o Malinas, en español. Es un pequeño pueblo que se encuentra entre Bruselas y Amberes, pertenece a Flandes y es, también, una ciudad muy universitaria. Realmente quedamos bastante prendados, tiene el mismo rollo de Amberes pero es mucho más acogedor.
¿Qué esperar en Mechelen?
Fuimos en tren desde la estación central de Amberes… Una vez llegamos directamente empezamos a pasear por el centro. Es una de las ciudades que tiene canales, por lo que es simplemente fascinante cruzar todos estos puentes. En comparación con Amberes hay mucha menos gente, pero oye, tiene un ambiente mucho más acogedor y es todo mucho más tranquilo. Quizá para las personas que se sienten demasiado agobiadas por las ciudades este sería su sitio ideal. Paseamos por Hendrick Conciencestraat, una calle bastante concurrida hasta llegar a Grote Markt.
Nos pusimos a observar y, en comparación con Amberes era mucho más pequeña, pero tiene su encanto. La torre está cortada en la punta, algo muy curioso… Una cosa que me llamó mucho la atención es que la ciudad se encuentra completamente plagada de carteles y luces para San Valentín. En Grote Markt habían montado un videomapping la mar de chulo.
Luego pasamos por el parque Kruidtin, una zona espectacular, super verde, donde poder descansar y relajarte. Acto seguido nos fuimos buscando refugio y resguardo del frío, puesto que hacía un frío que pelaba. Entramos a un par de pubs la verdad que super bonitos y muy bien decorados. La cerveza local de Mechelen se pide como ‘pincha’, nos explicaron los locales de Malinas que esta cerveza cautivó al Rey Carlos cuando vino desde España. Tanto es así que solo bebía esta cerveza, por lo que desde aquí se mandaban litros y litros de este preciado líquido a España para el gusto del señor monarca.
Entramos también a la escuela de Bellas Artes de Malinas, flipamos muchísimo con las salas que había y lo bien distribuido que estaba todo. Como no también disfrutamos de las frites, tienen un toque un poco diferente que las de Amberes. Ya para finalizar el día nos volvimos a refugiar en un bar, en este caso era el que estaba al lado de la escuela de Bellas Artes. Los precios son mas o menos similares que los de Amberes, pero de igual manera hay cosas mucho más baratas… La cerveza local es una delicia y cuesta nada en comparación con una Bolleke.
Sin más nuestra experiencia fue una pasada, nos encantó y volveríamos a ir sin duda, ahora os dejo un video a modo de recopilación de lo que fue nuestro viaje ¡Nos vemos pronto! ¡Sigue nuestra sección de transportes para saber cómo moverte por Bélgica!