Aunque ya tuvimos un previo en Aachen, el mercadillo navideño de Lovaina, distribuido por Laudezeplein, Grote Markt y Martelarenplein, no tiene nada que envidiar al alemán. El horario es de 14:00h a 22:00h los lunes y martes; de 11:00h a 23:00h los jueves, viernes y sábados y de 11:00h a 20:00h los domingos.
Además de sus 140 puestos de madera , cuenta con unos cuentos incentivos para visitarlo. Por ejemplo, Papa Nöel te abre (en exclusiva, antes que a la revista “¡Hola!”) las puertas de su casa: dormitorio, sala de estar y lugar donde prepara los regalos. Además de fisgonear su lugar de residencia, puedes hacerte una foto con él si logras adelantarte a la horda de niños. Para llegar a Santa Claus, antes habrás recorrido el bosque artificial, besado a alguien bajo el muérdago, saboreado el vino caliente (Glühwein), disfrutado del belén a tamaño real y, aprovechando que vuelves a casa, comprado un detalle navideño para la familia y amigos.
Aunque no seas de los que tienen un gran espíritu navideño, nadie escapa de la magia del Leuvense Kerstmarkt. Al escuchar por los altavoces de Laudezeplein, Stille Nacht (el villancico “Noche de Paz” en alemán) recuerdas “La Tregua de Navidad” ocurrida en el frente de Flandes en la Primera Guerra Mundial. El 24 de diciembre de 1914, ingleses y alemanes cayeron en la cuenta de que tenían en común más cosas de las que los separaban. Cada cual entiende la Navidad a su manera, pero cualquier excusa es buena para dar una tregua a todo aquello que nos preocupa. Date una vuelta por el mercadillo y verás que entre el gentío también es posible tener la noche en paz.