Hola querido lector,
Este es mi último artículo como Corresponsal de Arte en Flandes. Me da mucha pena que se termine ya mi “excusa” para no estar quieta visitando exposiciones, eventos y maravillosos lugares. Pero me siento muy afortunada de haber tenido esta gran oportunidad. Porque estoy segura de que no habría conocido tan a fondo la cultura, la historia y el arte de este país sino fuera por el “trabajo” que tenía que hacer para escribir mis artículos.
Bélgica es un país que no deja de sorprenderme y maravillarme. Es vivir inmersa en un cuento de hadas constante. Coger el tren para pasar el día en cualquier otra ciudad del país en tan solo una hora. Poder beber cada día una cerveza distinta. O intentar aprender un idioma nuevo y que todo el mundo quiera que les hables es castellano.
Sin embargo, como todo, Bélgica también tiene cosas que nos pueden chocar de primeras. Aunque sea Europa, es una cultura distinta a la nuestra y eso a veces nos puede dejar un sabor agridulce. Quizá la gente sea lo que más nos sorprende, porque por lo general son más reservados que nosotros. Eso puede hacernos creer que son bordes y antipáticos, pero es sencillamente porque no te conocen. No es algo personal, su cultura es menos cálida que la nuestra y al principio eso puede incomodar un poco. Dales una segunda oportunidad y no te arrepentirás.
La comida y el tiempo es algo que también vas a notar. Encontrar alimentos frescos no es tan sencillo como ir a Mercadona, y los precios te hacen pensártelo dos veces. Porque la mayoría de las veces son productor importados y eso se nota. Y el clima… Hace frío, mucho frío. El primer mes te lo pasarás moqueando día sí y día también. Pero el cuerpo se acostumbra y tu aprendes a vestirte de otra manera, te lo aseguro. Y el primer día que te levantes, descorras las cortinas y veas como nieva… Ese día se te pasan todos los males.
El Erasmus es una experiencia que debería ser obligatoria para todo estudiante. Ponerte a prueba, aprender, probar cosas nuevas, conocer a gente increíble, descubrir culturas del mundo, escuchar idiomas impronunciables… Y también conocerte a ti mismo, fuera de tu zona de confort y lejos de tu casa.
Todavía recuerdo los días antes de venirme, nerviosa y asustada. Me iba 5 meses a estudiar, y al final me quedaré 6 meses más. Y estoy segura de que nunca olvidaré mi paso por Bélgica, porque vine con las maletas llenas de ropa y me las llevaré llenas de recuerdos maravillosos y grandes lecciones.
Hasta siempre querido lector, ha sido un placer compartir mi viaje contigo.
Celia.
Mi nombre es Celia, tengo 21 años y soy de Guardamar del Segura, un pueblo de la costa de Alicante. Este primer semestre lo pasaré en la ciudad flamenca de Lovaina, estudiando mi último año de Ingeniería Mecánica en la prestigiosa universidad KU Leuven.
El tema sobre el que se centrarán mis artículos es el arte. ¡Pero no quiero que por eso pienses que solo voy a hablar de museos! Hablaré de pintura, música y arquitectura, si… Pero también de los maestros chocolateros, de la moda, la cerveza y de todo el arte que se puede descubrir por la calle sin necesidad de hacerse con una entrada de museo. Es por eso que te animo a que me des una oportunidad y te dejes caer por alguno de mis posts, todos los lunes, miércoles y viernes.