Este parque, el Muinkpark, es un pequeño rastro de lo que queda de lo que fue durante el siglo XIX un zoológico.
Tras ver el éxito que tuvo el zoo de Amberes, Gante siendo la ciudad más grande de Flandes no podía quedarse atrás. Así que en el año 1851 se inauguró en este emplazamiento lo que fue un zoo de 5’5 hectáreas en el que habían monos, osos, bisontes, camellos, aves exóticas, ¡y hasta un elefante que se llamaba Betsy!
Hoy en día sólo queda un pequeño estanque donde los patos salen a darseun baño, y vestigios en las calles de los alrededores que conservan los nombres de los animales que allí habitaban, por ejemplo, Zebrastraat (calle de la cebra), Hertstraat (calle del ciervo), Leeuwstraat (calle del león)…
En este podéis ver cómo es y sentirnos allí, ¡porque a pesar de ser pequeñito es un parque muy relajante!
Soy Cristina López, estudiante de último año de psicología en Barcelona y ahora corresponsal de Gante, mi ciudad destino de Erasmus. ¿Mis primeras impresiones de Gante?
Han habido muchísimas cosas aquí que me han llamado la atención, como que en ocasiones un agua te salga más cara que una cerveza, que en las terrazas de algunos restaurantes te pongan mantas por si hace frío, que en todos los lavabos haya papel (incluso en los lavabos portátiles que ponen en los festivales), que a veces tengas que pagar para ir, que duerman con almohadas cuadradas, que sólo se den un beso en la mejilla al saludarse, o su predilección por el picante, ya sea poniéndose pimienta en la sopa o tabasco en los spaghetti.
Gante es una ciudad que combina tradición y progreso. Hoy en día es considerada una ciudad de estudiantes, hay alrededor de 45000, así que eso significa que, además de su belleza y su aire medieval con multitud de construcciones y calles que visitar y recorrer, es una ciudad joven y activa, constantemente en movimiento. Siempre encuentras algo que hacer, algún evento, festival o exposición que te pueda ser de interés.
A lo largo de mi actividad en este blog os iré mostrando todo lo interesante y curioso que viva durante mi estancia Erasmus, de momento espero que esta pequeña introducción os haya picado la curiosidad para seguir visitándonos y, quién sabe, ¡quizás veniros! Así que por si eso sucede, mi primer consejo es que os alquiléis una bicicleta, no es una ciudad muy grande y se puede recorrer a pie fácilmente, ¡pero no hay nada mejor que sentirse un auténtico belga! Y mi primera advertencia si vais en bici es que tengáis mucho cuidado con las vías del tranvía, ¡y más si llueve!