Bruselas respira música: en las calles colindantes a la Grand Place, donde cantautores venden sus EP grabados con IPhone, en las salas más pequeñas, donde grupos indies reúnen a su público o en grandes recintos como Forest National, que llenó ALt J el pasado viernes y que espera, durante el próximo año, a artistas como Il Divo, Franz Ferdinand o Scorpions.
Nombres como Bruce Springsteen, Madonna, Santana o Beyonce han hecho rebosar las grandes salas de la capital, como Circo Real, levantada durante el XIX con capacidad para 5000 personas. El espacio tiene la forma de un polígono de veinte lados y, en su origen, el escenario se diseñó como sumergible para espectáculos acuáticos. La ya mencionada Forest National, por la que han pasado los Red Hot Chili Peppers, Queen o Bob Dylan, tiene capacidad para 8.500 personas, siendo el referente del país hasta 2013. Hace cinco años se inauguraba, en el barrio de Heysel, una sala con aforo para 15.000 espectadores, Palais 12: en los próximos meses Indochine, Bryan Adams o Evanescence tratarán de llenar sus conciertos, con fechas únicas en Bélgica.
Para los que disfrutan de los conciertos más íntimos conviene ojear el calendario de La Ancienne Belgique, una de las salas más míticas de la ciudad. Oasis, The Cure o Iggy Pop han tocado en el recinto, que cuenta con tres escenarios con aforos que oscilan entre las dos mil y las doscientas cincuenta personas. Mismo número de salas que Le Botanique, un complejo inaugurado durante los ochenta en los invernaderos del Jardín botánico. The Libertines, Jeff Buckley o Artic Monkeys ya lo llenaron; otros artistas menos conocidos, como Vance Joy o The Wombats ya han vendido todas -y más del 90 por ciento, respectivamente- de las localidades disponibles.
Quien prefiera descubrir nuevos grupos puede recurrir a los cafés conciertos: establecimientos alrededor de Bruselas que ofrecen a sus clientes música en directo, en la mayoría de los casos durante los fines de semana. Establecimientos como Crystal Lounge ofrecen jazz en directo; en su caso, los viernes de cocktail, tapas y música son sagrados. De seis de la tarde a nueve de la noche, nuevos talentos se reúnen en el escenario; como los domingos en Le Café Belga, en la Plaza Flagey, una de las máximas recomendaciones de la prensa belga. La Porte Noir o Le Chat-Pitre también proponen conciertos y sesiones de DJs varios días a la semana.
La oferta e historia musical de Bruselas hace de la capital un enclave significativo para todos los amantes y fans de la música. Con opciones para todos los gustos solo hay que revisar las agendas, cuadrar presupuestos y dar con la cita perfecta.