¿Qué tal Brujos? Yo estoy emocionada. El pasado martes, los alcaldes de la ciudad, Sra. Ann Soete y Sr. Pablo Annys, junto a la representante de Vives, Sra. Veerle Dekocker, nos dieron la bienvenida a todos los estudiantes de Erasmus. Nada más y nada menos que en el precioso Ayuntamiento de Brujas “Stadhuis”.
Este edificio fue construido a finales del S.XVI, y es uno de los más antiguos de toda la región. De estilo gótico, se puede visitar de Lunes a Domingo (9:30/17:00) por tan solo 5€ para estudiantes.
La reunión tuvo lugar en la Sala Gótica, cuyas paredes están decoradas con pinturas del S.XIX. Estas representan las diferentes batallas vividas en la zona y aquellos gobernantes que poseyeron el control de la ciudad a lo largo de la historia.
Tras la bienvenida, en la cual al centenar de estudiantes (de más de 20 nacionalidades distintas) que allí nos encontrábamos presentes. Se nos explicó parte de la historia de Brujas y se nos alentó a disfrutar y explotar esta nueva experiencia al máximo. Tras ello, nos invitaron a una pequeña merienda con sándwiches y cerveza. Y no cualquier cerveza… ¡Sino la tradicional Brugse Zot! Que es elaborada en esta misma ciudad.
Fue una velada increíble, pude conocer a un grupo encantador de chicas de Valencia que están estudiando enfermería en Vives, otra de las grandes universidades de Brujas. Tras ello, todos nos dirijimos a Eirmarkt, la zona de bares, para continuar un poquito con la fiesta. Pero esa es una historia que os contaré más adelante, cuando haya decidido cuales son los mejores bares de todo Brujas.
Nos vemos pronto…
Mi nombre es Luna, tengo 20 años y vivo en Madrid. En general soy una apasionada de la vida, de los viajes, el arte, la música, el baile, el surf, el mar, la escalada… todo lo que suponga una aventura para mí siempre será un SÍ.
Este semestre mi aventura comienza fuerte: me he mudado a Brujas ¡La ciudad de ensueño! Y aunque apenas lleve aquí una semana, os puedo asegurar que así es. Todas las calles están bañadas de un aura especial, casi mágica.
Recuerdo una de las primeras noches aquí, entre las vacaciones y la lluvia las calles estaban vacías. Paseando a la luz de las farolas, sentí como si me transportara a otra era… Los suelos empedrados, el musgo creciendo por las paredes de una gran iglesia gótica, cuyas vidrieras relucían con luz propia. Todo parecía salido de un precioso y enigmático cuento medieval.