El 5 de octubre Bruselas resplandecía con la intensidad que tiene el sentimiento de no saber qué sorpresa te aguarda tras la esquina. La Nuit Blanche proponía 40 proyectos artísticos para hacerte experimentar la ciudad de una manera especial. Perfomances, Djs, instalaciones monumentales, dispositivos interactivos… ¡Todo tenía cabida en este proyecto!
Para una noche diferente eligieron dos barrios diferentes: Sablon y Marolles. El primero se caracteriza por galerías de arte, restaurantes de moda y tiendas de maestros chocolateros, mientras que las callejuelas de Marolles acogen un rastro en la plaza de Jeu de Balle, anticuarios o edificios emblemáticos como la iglesia Notre-Dame de La Chapelle.
Esta información la podéis leer también en cualquier guía turística, pero os aseguro de primera mano que merece la pena vivir la Nuit Blanche.
Y ahora, una pausa comercial…
“Billete de tren ida y vuelta (50% de descuento por ser fin de semana): 6€
Cervezas compartidas: 2€
Entrar en una estación de tren reconvertida en espacio artístico y de creación artesanal con Djs pinchando, bailar Two Late To Turn Back On de Alton Ellis en una rave frente a la iglesia de Sint Katelijne, las calles llenas de gente disfrutando o reírte hasta las tantas porque ya no sabes ni en qué idioma pensar: NO TIENE PRECIO”
Este anuncio está muy visto, pero, oye, toda la originalidad se la lleva la Nuit Blanche. No podía ser de otra manera. Y tampoco puede ser que si tenéis la oportunidad de pasaros por Bruselas en la próxima Noche en blanco, no lo hagáis. Confiad en la capital belga, os recompensará.