El pasado fin de semana llegamos a visitar la ciudad de Oostende. Esta se encuentra en la misma línea de tren que une Bruselas-Gante-Brujas y finaliza allí. Fuimos parovechando las ventajas que ofrece el Go Pass ya que si viajas desde Bruselas a Oostende puedes ir parando en el resto de ciudades que coinciden en la misma línea sin tener que rellenar otros billetes.
Al llegar nos encontramos con un gran evento, y es que la ciudad celebraba una feria naval conmemorando su tradición portuaria ya que a Oostende llegaban los navíos cargados de especias de las Indias Orientales gracias a la creación de la Compañía de Oostende en 1717.
El puerto estaba lleno de embarcaciones tanto de siglos pasados como actuales. Algunas de ellas se podían visitar ya que actualmente ofrecen servicios como restaurante, fiestas o cruceros. En la plaza de la iglesia de San Pedro y San Pablo se encontraban unas carpas en las que se podían disfrutar de maquetas a escala de antiguos navíos así como de imágenes antiguas del puerto. En algunas de las carpas no pudimos acceder puesto que se encontraban los reyes de Bélgica de visita.
También había numerosos puestos de comida típica de la zona, en muchos de ellos se vendía el pescado ahumado que allí mismo se encontraban haciendo.
Y ahora la anécdota del día: Como buenos visitantes nos decidimos a probar un combinado de gambas, gambitas y gambones, en el paseo marítimo. El caso es que mientras estábamos comiendo empezamos a tener la sensación de que cada vez más gaviotas nos estaban rodeando y decidimos escapar corriendo! pues ni cortas ni perezosas empezaron a “gritar” y aparecieron como otras tantas y comenzaron a perseguirnos!! a si que decidimos soltar el plato y salir corriendo. Nuestro plato despareció entre ellas en cuestión de segundos, entonces fué cuando un buen hombre nos dijo que eso no lo podíamos hacer que leyéramos el cartel que ese encontraba a nuestras espaldas: “No alimentes a las gaviotas, pueden volverse agresivas, si lo haces te llevarás una multa de 250€“. A si que además de quedarnos sin nuestra comida casi volvemos con una multa a casa!
Pero bueno a parte de esto, Oostende además posee un museo naval que está ubicado en uno de sus más famosos navíos, el Mercator, el cual fue un buque escuela y se encargó de repatriar los restos mortales del Padre Damián (del que os hablaré en le próximo post). Se conserva tal y como era y alberga montones de objetos traídos de sus numerosos viajes.
Y recuerda si vas a Oostende no comas en la calle!! y aquí os dejo un vído de la feria naval de Oostende
Mi nombre es Francisco Gómez y a partir de ahora voy a ser yo el que se encargue de plasmar nuestra vida en Gante. En mi primer post me gustaría darle las gracias a Cristina López por el trabajo que ha realizado en estos últimos cinco meses y decirte que me has dejado el listón muy alto. 😉
Soy de Zamora y este año me encuentro aquí estudiando mi tercer curso de Arquitectura de Interiores en la universidad de Sint Lucas Architectuur, por lo que no os resulte extraño si pongo demasiado énfasis sobre esto en algunas de mis entradas.
La verdad que el participar en este proyecto de la oficina de turismo de Flandes me ha hecho tener los ojos mucho más abiertos a cada paso que doy por esta mágica ciudad buscando todo aquello peculiar y sorprendente que guarda en sus calles.