¿Has visitado ya las ciudades típicas flamencas y quieres probar algo distinto? A tan solo 30 minutos de Brujas nos encontramos con Ostende, una ciudad costera con mucho encanto y más de un misterio por descubrir. ¡¡Sigue leyendo!!
Ostente es una de las pocas ciudades belgas que tienen el privilegio de tener playa. Además, es la única que tiene contacto directo con la línea principal de tren, la que va de Lieja, pasando por Bruselas y acabando justo en Ostende.
La mejor época del año para visitarlo, claro está, es el verano o incluso en primavera. De esta forma podrás disfrutar de la playa y de su paseo marítimo. En mi caso, estuve el 3 de diciembre y hacía mucho viento, así que el plan de tumbarnos en la playa estuvo difícil, aun así, nuestro día no se fastidió. Nuestra ruta se basó en la visita de los aspectos culturales, te lo cuento.
¿Cuáles son las paradas obligatorias de Ostende?
Todo visitante que vaya a esta ciudad tienen que ver la iglesia de San Pedro y San Pablo, el puerto, la calle de compras, la playa con su espigón y el fuerte de Napoleón con los búnkeres de la Segunda Guerra Mundial.
La iglesia de San Pedro y San Pablo (La catedral)
La iglesias de San Pedro y San Pablo la pudimos disfrutar especialmente por la noche, cuando la iluminaron con los focos y le dieron su toque navideño. Y por la mañana pudimos apreciar todas sus vidrieras y música de fondo. Sin duda, es una parada obligatoria de Ostende.
La calle de compras y el puerto
La calle de compras y el puerto los verás nada más bajarte de la estación. Son calles completamente abarrotadas de gente, incluso en invierno. Estas zonas son puramente peatonales en las que descubrir sus chocolaterías y gofreras.
La playa y el espigón
En la playa y el espigón podrás ver alguna escultura, ver cómo pesca la gente, ver las zonas de surf, o simplemente sentarte a disfrutar de un buen día, sea como sea, el plan lo vas a disfrutar.
Fuerte de Napoleón y búnkeres de la Segunda Guerra Mundial
Por último, algo que poca gente sabe es del Fuerte de Napoleón y de los búnkeres de la Segunda Guerra Mundial. Para alcanzarlos habrá que atravesar el puerto, pero no te preocupes, el gobierno belga ha puesto a disposición del público un ferry que te lleva de punta a punta, así el trayecto se reduce muchísimo.
Y con esto y un bizcocho, nos vemos en el próximo
Mi nombre es Miguel Iglesias, soy el nuevo corresponsal Erasmus de Productos Belgas, así que mi labor estos meses va a ser degustar la mayor cantidad de cervezas, gofres, patatas y chocolates posible para hacer valoraciones y recomendaciones sobre cada uno de estos productos, así que no me puedo quejar. Pero antes de descubrir toda esta gastronomía belga, permitidme que me presente.
Soy un madrileño que estaba cansado de estar siempre en el mismo sitio y tenía ganas de salir a conocer mundo, otras culturas y otros ambientes. Por este motivo me vine de Erasmus a Bélgica, un país húmedo (Madrid es muy seco), muy verde y con muchos rincones por descubrir.
Soy estudiante de cuarto año de Ingeniería en Tecnologías Industriales en la Universidad Carlos III de Madrid. Por diversas aspiraciones profesionales, acabé de Erasmus en Lovaina, una pequeña pero acogedora ciudad universitaria a escasos kilómetros de Bruselas. Me quedaré aquí todo el año especializándome en ingeniería de materiales y organización industrial dentro de la Katholieke Universiteit de Leuven (KUL). Que resulta ser la universidad número 1 en investigaciones a nivel europeo, así que estoy ansioso por empezar y ver qué me puede ofrecer.