Durante mis primeros días en Lovaina os expliqué mis impresiones sobre el Sint-Donatuspark, cuando el calor aún apretaba en la ciudad y todo era desconocido para mí. Ya pudisteis ver en las fotografías que adjunté que es un parque precioso para pasear y desconectar de la rutina de estudio y/o trabajo, y si lo habéis visitado en este tiempo lo habréis podido comprobar.
Pero, obviamente, el Sint-Donatuspark no es el único parque de la ciudad. Situado en la parte norte de la ciudad, cerca de la Residencia Waterview y el supermercado Lidl, podemos encontrar el que es el parque más grande de dentro del anillo de Lovaina: el Park Keizersberg.
Con una muralla exterior y elevado en una pequeña colina, el Park Keizersberg recuerda a una especie de castillo fortificado. Una rampa rodeada de vegetación abundante y salvaje constituye uno de los accesos al parque: al subirla me dio la sensación de estar a punto de entrar en un bosque por el que no había pasado nadie en años. ¡Nada más lejos de la realidad!
Tras subir unos cuantos peldaños, un cartel nos da la bienvenida si visitamos el parque entre las 7 de la mañana y las 7 de la tarde. Si no, probablemente serán unas verjas metálicas que nos impedirán la entrada las que nos den la bienvenida.
Lo primero que te encontrarás si accedes por la misma entrada que yo será un pequeño cementerio, muy sencillo, rodeado de setos y sin ninguna lápida visible; tan sólo cruces negras de madera clavadas en el suelo.
Cerca de allí, si sigues caminando, verás un gran edificio construido en el siglo XIX: la abadía benedictina de Keizersberg, que da nombre al parque, puesto que éste básicamente está formado por los extensos terrenos y jardines de la abadía, que son públicos y están abiertos a la población en la actualidad.
La Abdij Keizersberg es una de las varias abadías de Leuven (de hecho, próximamente os hablaré sobre otra de ellas, la Abdij van Park), y sus jardines son un lugar ideal para aislarte de las preocupaciones y sumergirte en un buen libro: su ubicación y sus dimensiones hacen del Park Keizersberg un sitio totalmente tranquilo.
Además del espectacular edificio de la abadía, hay otro monumento que no te pasará desapercibido. Una gran estatua de la Virgen María, colocada en el parque en 1906, vigila la ciudad aproximadamente 15 metros por encima de nosotros: la estatua tiene 10 metros de altura y está colocada sobre un pedestal de otros 5. Durante la Segunda Guerra Mundial, una bomba dañó la escultura y la cabeza fue destruida, pero poco tiempo más tarde fue reformada y en la actualidad luce como el primer día.
Diferentes carteles explicativos ubicados por todo el parque dan al visitante información sobre diferentes aspectos, como la historia de la abadía, la gran estatua de la Virgen María o incluso la flora y la fauna presentes en el Park Keizersberg.
Si quieres saber más información, te animo a que lo visites y disfrutes de un rato de tranquilidad en uno de los pulmones más importantes de la ciudad de Lovaina. ¿A qué esperas?
Un saludo,
Alejandro
Me llamo Alejandro Caravaca Hernández, y seré el corresponsal de Turismo en Flandes y Bruselas en Lovaina durante el primer semestre del curso 2018/2019. Ya me iréis conociendo poco a poco (nos esperan 5 meses por delante) pero, a modo de presentación, os explicaré brevemente quién soy y qué espero de mi experiencia en Lovaina.
Nací en noviembre del 1997, hace poco menos de 21 años, y vivo en Montcada i Reixac, un municipio de la periferia de Barcelona. Estoy estudiando 4º de Pedagogía (por si alguien se lo estaba preguntando, no es lo mismo que podología ni que logopedia) en la Universitat Autònoma de Barcelona, una de las universidades públicas catalanas. Me considero una persona activa y sociable, y participo en iniciativas socioculturales del municipio donde vivo, además de ser representante estudiantil en mi facultad. Entre mis hobbies destacaría el teatro: formo parte de un grupo de teatro amateur en Montcada i Reixac. De hecho, hace unos meses estrenamos un musical basado en la película Moulin Rouge, en el que pude interpretar el papel del antagonista, “el Duque”.