Bruselas es una de las ciudades más verdes de Europa. Con aproximadamente un millón doscientos mil habitantes, se estima que a cada ciudadano le corresponden unos cuarenta metros cuadros de parque natural. En el centro de la ciudad destacan los paseos ajardinados y los parques, escenario de Historia y reclamo monumental. En la periferia se llega al 70% de bosques, praderas y umbrías, ideales para pasear y recorrer en bicicleta.
El parque de Bruselas, antiguo refugio de caza real, es el pulmón de la capital. Durante la época medieval los Duques de Brabante cazaban en la zona; en el año 1770 el parque fue renovado y adquirió el aspecto actual, repleto de paseos, esculturas y fuentes. El parque de Bruselas está delimitado con el Palacio Real, el Palacio de la Nación y el Museo Belvue.
Al final de la Rue Neuve, en dirección a la Gare du Nord, un parque separa las comunas de Bruselas y Anderlecht. Botanique, con sus rosales, fue sede de una de las anécdotas del siglo XX en la ciudad: René y Georgette Magritte se reencontraron en este espacio durante la primavera de 1920, después de años sin verse. Nunca más se separaron. Dentro del parque se localiza también el Centro Cultural: su programa de conciertos y exposiciones es de los más atractivos de la capital.
Leopoldspark es un espacio verde ubicado en el barrio de Leopoldo (Ixelles, barrio Europeo). Sede de la Casa de la Historia Europea, el Instituto Belga de Ciencias Naturales y una biblioteca, el Parque de Leopoldo es el entorno natural más próxima a una de las zonas más bulliciosas de la capital belga, las instituciones de la Unión Europea. Es habitual ver a traductores y becarios pasear alrededor del estanque que preside el parque, hogar de gansos egipcios y cotorras de Kramer.
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Ya en las afueras el Parque de Woluwe, localizado en la comuna de Woluwe-Saint-Pierre, es uno de los espacios verdes más extensos de Bruselas. Zona agrícola durante las entreguerras y campamento en algunos de los momentos más importantes de la historia militar belga reciente, el parque empezó a tomar la forma actual -estanques, espacios para niños y sendas para ciclistas- en 1896, como obra del paisajista Elie Lainé. Los trabajos duraron tres años, aunque el resultado final tuvo que ser restaurado después de la Primera Guerra Mundial.
El Parque del Cincuentenario, Bois de la Cambre, el Parque Elisabeth…Bruselas está lleno de espacios verdes; cada comuna tiene los suyos. Con sus peculiaridades e Historia, los parques bruselenses son objeto de orgullo de todos sus ciudadanos.