Cuando llega la navidad en Amberes, una de las cosas más esperadas es la gran pista de patinaje de hielo que instalan al lado del mercadillo y del río Escalda. Es tradición que salgan familias enteras a patinar con los más pequeños en estos días, y yo que jamás había patinado de esta forma me quedé impresionada con el nivel que tenían algunos. Era gracioso ver como los más inexpertos se ayudaban de un pequeño pingüino que les servía de soporte o simplemente apoyándose sobre las vallas de madera. Lo cierto es que la pista le daba mucha vida a la ciudad por éstas fechas, aunque no era la única en Bélgica, pues en muchas otras ciudades tan bien contaban con ellas. Aunque podías llevarte tus propios patines, allí tenían todas las tallas y por tan solo 4 euros podías recorrer la pista sin parar. Cuando necesitases un respiro siempre podías sentarte en la una pequeña sala de descanso con bancos en medio de la pista.
Ésta es una de las muchas ofertas que ofrece la ciudad en Navidad, ya os contaré en próximas entradas otras cosas que em cautivaron enormemente en estas fechas. Tanto si quieres hacer un viaje por estas fechas o estas de erasmus os recomiendo Amberes, ¡realmente sentireis el espíritu navideño!.
Os dejo unas cuantas fotos de una mañana en la pista de patinaje así como un bonito vídeo ¡que espero que os guste!.
Soy Andrea, una asturiana que vive en la calurosa isla de Tenerife, y durante los próximos meses seré ¡la nueva corresponsal Erasmus en la ciudad de Amberes!
Nunca me había planteado seriamente el tema de solicitar una beca Erasmus, sin embargo, tuve una corazonada, y supe que me iba a venir muy bien salir al extranjero en mi último año de Bellas artes y que seria una experiencia muy enriquecedora.
A pesar de estar estudiando diseño durante los tres últimos años, la fotografía de moda es mi pasión, por lo que fue toda una sorpresa ver que en mi universidad se ofertaba como destino la ciudad de Amberes, conocida por ser una ciudad moderna y cosmopolita donde la moda y el diseño ocupan un lugar muy importante. La gente me había hablado maravillas de la ciudad y no tardaron mucho en convencerme, así que después de mucho trámite y papeleo ¡por fin estoy aquí!