Gante es el destino Erasmus de Bélgica favorito para estudiantes de todo el mundo, y esto tiene un motivo: es una ciudad de espíritu joven. Además de una vibrante vida nocturna, la ciudad dedica grandes esfuerzos a la promoción del arte, así como a proyectos innovadores y alternativos.
En este contexto, nació en la ciudad no solo el respeto, sino la promoción del arte callejero del graffiti. Aunque esta disciplina arrastra una historia de ilegalidad –y en muchos casos, de vandalismo- en los últimos años se ha venido revalorizando, al verse en el graffiti una forma de expresión muy valiosa de los sectores más jóvenes e inconformistas de la sociedad. Y como no podía ser de otra manera, Gante ha estado en la vanguardia de la creación de este tipo de proyectos.
La primera iniciativa tuvo lugar en 1995, y nació en forma de proyecto temporal para las Fiestas de Gante. Se decidió permitir la realización de graffitis en la calle Werregarenstraat, y desde entonces este callejón se ha convertido en un cuaderno de esbozos para cientos de artistas urbano (junto a esta calle, encontramos Hof Van Ryhove, un jardín interior cuyas cuatro partes representan las cuatro estaciones y que realmente merece la pena ver).
Los dibujos varían cada semana, a veces incluso cada día, por lo que todo el mundo tiene cabida aquí. Cada cierto tiempo, las paredes se encalan para convertir la calle en un nuevo lienzo blanco.
Sorprendente, ¿verdad? Hablamos de una tolerancia a la que a menudo no estamos acostumbrados; aquí solo hay una norma: respetar las obras que son mejores que la tuya.
Werregarenstraat es la zona graffitera más conocida, pero no es ni mucho menos la única en Gante.
Hay alrededor de unos 50 murales repartidos por toda la ciudad, y en estos espacios dejan su huella artistas tan conocidos en este mundillo como Bue the Warrior, Roa o Steve Locatelli. Tal vez os suenen los muchos dibujos de conejos en blanco y negro repartidos por Gante, todos ellos obra de Roa.
Hay otros muchos espacios en los que está permitido el graffiti, siendo estos menos conocidos por los turistas. Por ejemplo, el viaducto que da acceso a Keizerpark o ciertas zonas cercanas al puerto (aquí el graffiti no está realmente permitido, pero sí que es tolerado).
La organización:
¿Aún hay más? ¡Sí! No podemos olvidarnos de mencionar a la organización que tiene gran parte de culpa en todo esto. Esta organización es Graffiti vzw, y tiene su sede en Dampoortstraat, 84. Su labor es promover el graffiti legal y para ello organizan eventos como las llamadas Graffiti Jams, encuentros de artistas que, por grupos o de forma individual, pintan un espacio siguiendo un tema en común.
Atrapando el graffiti:
Un de las ventajas de este tipo de iniciativas es que la ciudad nunca es la misma: las obras van cambiando cada semana. Perdiéndote por las calles de Gante encuentras dibujos de todo tipo: críticos o conformistas, reflexivos o irreverentes, pero ante todo, muy variados y rebosantes de energía. En mi caso, esto me ha animado a seguir buscando a estos artistas por las paredes de la ciudad, así que seguiré compartiendo con vosotros las obras que vayan cruzándose en mi camino. Espero vuestros comentarios, sugerencias o avisos de cualquier joya callejera que vosotros también os hayáis encontrado.
Podéis encontrar un mapa de las obras artísticas callejeras en la web Sorry not sorry.
¡Yo ya tengo el mío!
Y más imágenes en nuestro Flickr.