En Bélgica se hablan diferentes idiomas. Son: neerlandés, francés y alemán. El neerlandés o el flamenco, se habla en la zona de Flandes y es la lengua materna de más del 60% de la población. El francés se habla en la región Valona por un 39% de la población. Y el alemán es hablado por una pequeña comunidad al este de la provincia de Lieja por un 1% de la población, se extiende por sólo nueve pueblos.
El caso de Bruselas es curioso porque pertenece a la región de Flandes pero es una ciudad bilingüe, es decir, que se habla flamenco y francés. Aunque una gran parte de los habitantes de la capital solo hablan francés. Alrededor de un 65% de la población belga es bilingüe en neerlandés y en francés.
Durante los siglos XIX Y XX los puestos administrativos cayeron en el sector francófono, incluso Flandes. Pero más adelante, se estableció una autonomía regional y los hablantes de flamenco pudieron tener acceso al poder económico y político.
Aquí en Amberes todo el mundo se te dirigirá hablando en neerlandés pero si les dices que no lo hablas, casi siempre te sabrán hablar inglés. Pero si quieres que estén contentos, puedes utilizar estas palabras que nunca está de más:
- Gracias = bedankt
- Hola = hallo
- Buenos días = goedemorgen
- Buenas tardes = goedemiddag
- Hasta pronto = tot ziens
Espero que os sirva.
Carla Junyent
¡Buenas! Mi nombre es Carla Junyent, tengo diecinueve años y vengo de una pequeña ciudad cerca de Barcelona, llamada Igualada. Estudio Psicología en la Universidad Autónoma de Barcelona y a partir de ahora empieza la mayor aventura de mi vida. ¡Empieza mi Erasmus en Flandes!
Mis principales aficiones son la música en todas sus formas, el teatro y viajar. Durante años asistí a clases de canto y de interpretación, y ahora canto en un coro de mi ciudad. Hablo catalán, castellano e inglés, y estoy deseando aprender algunas palabras de neerlandés y francés. Siempre que he podido, me he escapado para poder hacer un pequeño viaje o alguna ‘aventurilla’. Por eso, cuando se me presentó la oportunidad de hacer un Erasmus, no lo dudé por un momento.
Al principio, no sabía mucho de Bélgica, pero había oído hablar muy bien de ella, de su cultura, arquitectura, de sus bicis… Me empecé a interesar por esta opción de Erasmus y supe que tenía que hacerlo. Y ahora, ¡aquí estoy!