¿Sabíais que no todos recibimos los regalos de Navidad los mismos días? “Es injusto” pensaréis, «¿es que Papá Noel tiene favoritos? ¿Y los Reyes Magos no llegan dentro de un mes?» Claro, pero es que en Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo tienen a otra figura navideña, que viene a repartir felicidad a los niños mucho antes. Así que preparad los zapatos, que llega Sinterklaas.
¿Un obispo turco?
Mucho se ha especulado sobre si el origen de Papá Noel o Santa Claus es precisamente San Nicolás. ¿Pero quién es él? Históricamente, un obispo cristiano que vivió en Turquía durante el S.IV. Durante su vida, se dedicó a expandir la fe en Cristo, ayudar a los necesitados y obrar unos cuantos milagros. De hecho, se dice que la tradición de dejar calcetines en la chimenea para recibir los regalos procede de cuando este santo dejó caer monedas de oro en la casa de una familia pobre, con la fortuna de que quedaron recogidas en las medias recién tejidas por las hijas.
España-Amberes
Falleció el 6 de diciembre del año 342, y es por ello que en esta fecha vuelve cada año a dejarles detalles a todos los niños. La Iglesia lo santificó, y sus restos fueron trasladados a Bari. Pese a su origen religioso, no se le conmemora como obispo, sino como un honorable señor anciano que derrocha bondad y generosidad, sobre todo para los más pequeños. A mediados de noviembre, San Nicolás llega en su barco de vapor (en vez de un carro tirado por renos) al puerto de Amberes, acompañado por sus ayudantes. Este año la fecha señalada fue el 13 de noviembre. Es curioso, porque la leyenda cuenta que su ruta empieza en España.
Unas 12000 personas le reciben cada año en su llegada, y le siguen en un festivo desfile hasta la Grote Markt. Junto a él, reparten los dulces (entre los que destacan las pepernoten, galletas con sabor a anís) y detalles de la cabalgata los “Zwarte Pieten”, sus jóvenes ayudantes negros. Resultan una figura bastante controvertida, ya que por una parte se cuestiona su racismo, y por otra se explica que van pintados así porque están manchados del hollín de las chimeneas. Finalmente, la justicia holandesa falló a favor de no penalizar esta tradición en 2018.
Cómo reconocerlo…
A estas alturas os preguntaréis, ¿cómo se le puede reconocer por la calle? ¿Va vestido de rojo? De hecho, sí. En cierto sentido se parece a nuestro Papá Noel, es un señor mayor con una larga barba blanca, y viste de rojo, pero su uniforme no es el mismo. Lleva una capa roja, un sombrero de obispo, guantes blancos, un anillo de rubí y un bastón. A veces va subido encima de un imponente corcel blanco, y porta en el brazo un libro donde efectivamente anota si los niños se han portado bien o no el último año.
Y es que los niños malos deben tener mucho cuidado… Si no, los Zwarte Pieten los meterán en un saco y se los llevarán a España (aunque nosotros sabemos que eso no está tan mal).
La noche de antes
Así pues, después de 3 semanas de celebraciones y nervios desde el desembarco de Sinterklaas, llega la esperada noche del 5 de diciembre. Ya se han enviado todas las cartas, cantado todas las canciones y decorado las casas con dibujos y ornamentos navideños como bienvenida. San Nicolás y los Zwarte Pieten han visitado ya todas las escuelas, centros comerciales y actividades extraescolares para ver a los niños antes del gran acontecimiento y asegurar que han sido buenos.
Ellos se preparan con tiempo, ponen sus zapatos y/o calcetines junto a la chimenea, le dejan un detalle e incluso una bebida a Sinterklaas, terrones de azúcar a sus ayudantes, y alguna zanahoria o heno para que su caballo reponga fuerzas. Y como hacemos nosotros en España, todos se van a dormir, aunque en ocasiones les cueste por los nervios.
El gran día
Si todo va bien, la mañana del 6 de diciembre es todo un acontecimiento. La casa amanece repleta de regalos, chocolate, chuches y galletas… en ocasiones tanto que las provisiones duran para varios meses, y los pequeños no echen tanto de menos a Sinterklaas. Él, una vez terminado su trabajo, se retira a España de vacaciones hasta el año siguiente.
¡Nos leemos pronto!
Me presento, me llamo Julio Yustas, tengo 23 años y voy a ser parte del equipo de corresponsales que, durante el próximo semestre, va a intentar que disfrutéis de Flandes al menos tanto como nosotros.
Vengo de Valencia, donde estudio el Máster de Ingeniería Industrial en la Universitat Politècnica de València. Durante los dos próximos años, disfrutaré de Bruselas gracias a un acuerdo de doble titulación por el que estudiaré el Máster en Ingeniería Electromecánica en la Université Libre de Bruxelles (ULB).
Me considero una persona bastante proactiva y es difícil que no me encontréis embarcado en alguno de mis múltiples proyectos. Mi tiempo libre lo dedico principalmente a pasar tiempo con mis amigos, viajar, la fotografía y la cocina.