Una prisión simbólica de Greenpeace se instaló el sábado pasado en la Place de la Monnaie en apoyo a los “30 del Ártico”, detenidos en Rusia durante 58 días. Con esta especie de “carcel” simbólica, han invitado durante todo el fin de semana a cualquier persona que quiera unirse a para pasar tiempo en la jaula que montaron en medio de la plaza hasta la tarde del domingo.
Los 30 del Ártico, grupo llamado Arctic 30 está compuesto por 28 militantes y dos periodistas independientes detenidos durante 58 días después de que dirigiesen el Arctic Sunrise en Rusia, con motivo de una protesta pacífica contra una plataforma petrolera de Gazprom en el Mar de Pechora. El grupo “Artic 30″ quiso denunciar la explotación de hidrocarburos en la empresa rusa en el Ártico.
Estas acciones de movilización para solidarizarse con el grupo Artic 30, no solo se han celebrado en Bruselas este sábado, sino que se ha imitado la protesta hasta en cuarenta países más. Varios políticos belgas han apoyado a los militantes. En el extranjero, Greenpeace ha recibido incluso el apoyo de celebridades como la actriz Marion Cotillard y el director de cine Costa Gavras.
Poco a poco durante todo el fin de semana, fui recogiendo imágenes y me sorprendió la cantidad de gente solidaria que hay en este país. Cada vez que pasaba alguien por la plaza, o al menos la mayoría, sentían la necesidad de preguntarse qué hacía la gente encerrada.
Algunas personas estaban al tanto de las noticias y a otras se lo explicaron en una especie de iglú azul que también montaron, pero el perder un poco de tiempo, pasar el frío terrible que hacía y dedicarlo a estar encerrados y a protestar dice mucho del comportamiento de muchos ellos.
Una anécdota más sobre estos belgas, que cada día llaman más mi atención.
Soy Mayte Hervás y seré la nueva corresponsal Erasmus durante los próximos 5 meses en la ciudad de Bruselas. Lo cierto es que tengo muchas ganas de empezar esta nueva etapa en el blog, en el que podréis echar un vistazo a mi forma de ver la vida belga con alegría y humor, aunque también seré seria cuando tenga que serlo.
Curiosear por el extranjero es una gran virtud que se instaló en mí desde muy pequeña y por ello he esperado tres largos años de mi carrera de traducción para poder conseguirlo. ¡Me voy a Bruselas, y encima corresponsal!
Bruselas siempre ha captado mi atención, no solo por ser el centro neurálgico de Europa, sino por las diferencias culturales que existen entre la capital de Bélgica y España. Toda mi vida he vivido en una pequeña ciudad de Albacete (Hellín) y desde que me fui a estudiar he estado viviendo en Alicante; ambas ciudades completamente opuestas a la capital grande y europea que me va a acoger este año.La cantidad de eventos musicales que oferta Bélgica, que va desde pequeñas salas con música en directo hasta festivales, ¡me tiene impaciente por llegar!