Bélgica es sinónimo de vida e historia, de naturaleza y creatividad. Es donde nace el arte de Rubens y Jan van Eyck, donde cobran vida Lucky Luke y Tintín. Donde fluyen los barcos por los canales, el chocolate por las calles y la cerveza por lo bares.
Dicen de Gante, la ciudad que está situada entre Brujas y Bruselas, que los ganteses no pueden estar más orgullosos de su magnífica ciudad, una ciudad que no solo hay que verla, sino vivirla. Pero antes de que podáis vivirla conmigo, es decir, de que os cuente la emoción y el sabor del momento como corresponsal Erasmus, os quiero llevar a la auténtica puerta de entrada a Gante.
¿Os venís? Al primer café invito yo
¿Sabíais que en el siglo XVI Gante era considerada la ciudad más grande de Europa al norte de los Alpes después de París? Era más grande que Londres y solo por debajo de la capital francesa. Tenía acceso al mar y era un archipiélago de 72 islas. Asombroso, ¿verdad?
Por eso os he querido traer al museo STAM
Un lugar para conocer la auténtica historia y esencia de Gante
Aquí podemos encontrar 300 piezas y elementos interactivos que apelan a la imaginación. No es un museo cualquiera, sino un museo que incita al juego y la interacción. De tal modo que consigue hacernos viajar desde el nacimiento y posterior desarrollo de la urbe medieval hasta los siglos de historia, pasando por la ciudad actual que es centro de cultura y conocimiento.
Como curiosidad, antes de empezar, el museo está compuesto de diferentes instalaciones conectadas entre sí a través de la Abadía de Bijloke del siglo XIV, de un convento del siglo XVII, de un edificio de entrada del siglo XX y de unas nuevas construcciones de aluminio y cristal que en conjunto narran el origen, la evolución y la construcción de Gante.
La Abadía de San Pedro fue un centro religioso de gran importancia para Gante porque en época de inundaciones, bastante frecuentes en la ciudad, dio asilo a los enfermos de epidemias que padecían por las insuficiencias sanitarias, permitiendo así el desarrollo y crecimiento de la ciudad.
Sin embargo, fue a principios del siglo XVI cuando comenzó el declive de la ciudad ya que perdió su acceso al mar y se redujo a la mitad la población puesto que el canal que daba al mar quedó bloqueado a la navegación y esto dificultó el comercio, por lo que muchos habitantes se fueron al Norte. Además, durante el reinado de Felipe II, hijo de Carlos V, Gante sufrió continuos problemas entre católicos y protestantes, debilitando así la historia de la ciudad.
No fue hasta el siglo XVIII cuando se produjo un resurgimiento económico gracias al gobierno holandés. Se fundó entonces la Universidad, y diez años más tarde, se convirtió de nuevo en puerto marítimo a través del canal Gent-Terneuzen, que hizo que la ciudad pudiese abastecerse fácilmente de materias primas.
Gante era entonces una ciudad textil prestigiosa donde se producía sobre todo hilo y algodón, pero tras la Segunda Guerra Mundial esta industria se debilitó, dando lugar a otras nuevas industrias. Cabe destacar, que gracias a que la ciudad no sufrió bombardeos en las guerras mundiales, a día de hoy conserva gran parte del patrimonio histórico de 1000 años.
Por lo tanto este es el motivo por el cual actualmente es la ciudad flamenca con mayor número de edificios históricos y vida cultural. Aquí podemos encontrar el Castillo de los Condes con uno de los fosos defensivos más grande del mundo, La Adoración del Cordero Místico que es una de las obras más importantes también del mundo y un Campanario Municipal de 95 metros con un gran dragón que vela por la ciudad desde 1380 con motivo de la independencia gantés.
Ven y conoce Gante. Descubre su historia y el origen de la ciudad ¡pero no solo eso! Si también quieres dejar huella en la ciudad… te aconsejo que vayas a visitar el museo STAM porque al final del recorrido podrás construir tu propia visión de la ciudad.