El cuerpo es muy sabio. Lo sentimos cuando estamos malos y preferimos tomarnos una sopa antes que una hamburguesa; o cuando nos vamos a acostar muy tarde y al final terminamos levantándonos a la hora de la comida porque simplemente no hemos escuchado la alarma.
Son cosas que el cuerpo sabe aunque nosotros no nos demos cuenta, y pasa lo mismo con sus reacciones: si hace frío, nos encogemos; si el cocido está ardiendo, abrimos la boca en busca de aire a temperatura ambiente; y si pasamos por una zona que impone, la espalda se endereza. O lo que es lo mismo, si pasamos por el Parc de Bruxelles (o Parc Royale), ponemos la espalda recta.
Porque es algo inmediato: atraviesas la valla que limita su enorme extensión verde, con el Palacio Real y el Parlamento; y sientes que es una falta de respeto no ir recta y con seguridad mientras paseas por todos sus caminos. Situado en la zona de los museos de Bruselas, y muy cerca de Mont des Arts, el Parc Royale fue el primer parque público de Bruselas.
¡Y menudo comienzo! Porque cuenta con muchísimas cosas en su interior. Hecho para los amantes del punto de fuga, este parque esconde muchos pequeños locales entre sus senderos simétricos y paralelos. Así que nos podemos encontrar muchos sitios donde tomarse un café o una cerveza, kioscos, e incluso dos grandes fuentes, un teatro y un escenario. ¡Toda una pequeña ciudad entre árboles!
Y como no hay ciudad sin cultura, también hay un gran número de exhibiciones y exposiciones que se celebran a lo largo de todo el año. No solamente en el teatro o en el escenario, sino en mitad de sus senderos, como si las estatuas que acompañan a los árboles quisiesen jugar contigo y hacer que adivines quiénes son . Y es que este enorme parque se presta a ello, a descubrir y curiosear. Todo esto mientras paseas, corres, haces deporte, te relajas en la hierba, haces un picnic improvisado con bocadillos de casa…
Donde hay intuición, hay historia
Ya hemos disfrutado de un buen paseo, nos hemos sentado en uno de los bancos en frente de la fuente de la entrada, y hemos mirado fijamente a los ojos de todas las estatuas por si acaso las pillábamos siguiéndonos. Nos gusta cómo nos sentimos. Pero es sospechoso, ¿cómo nos podemos sentir tan cargados de vida con un sitio en el que no habíamos estado antes? Porque tiene Historia.
En nuestro caso, no es solamente que fue el primer parque público de Bruselas, sino también que ha sido testigo de una revolución. Y más que testigo, el escenario; y es que fue el lugar en el que se disputaron grandes batallas entre los patriotas belgas y las tropas neerlandesas durante la revolución de Bruselas en 1830.
Efectivamente, cuando pisamos cada hoja y cada pequeña piedra del Parc Royale, lo que estamos pisando es la base sobre la que la gente defendió sus sueños y esperanzas.
¡Qué menos que enderezar la espalda!
Aquí os dejo un pequeño vídeo con las primeras vistas de este gran parque lleno de vida, Historia, y paseos regios:
¡Muy buen día, amantes naturales!
Me llamo Marina Carrasco Valero, estudio Periodismo y Comunicación Audiovisual, y este primer cuatrimestre voy a ser vuestra corresponsal Erasmus en Bruselas. Durante los próximos cinco meses, voy a ser la pequeña puerta que os lleve a tocar, paladear, ver (aunque con un poco de miopía), oler y oír Bruselas. Juntos vamos a descubrir sus secretos, exhibiciones, conciertos, festivales…