¿Has visto alguna vez en uno de tus paseos por Bruselas una concha que te es familiar? La respuesta a eso es que, efectivamente, te es familiar porque tiene que ver con una tradición española conocida internacionalmente: El Camino de Santiago.
Y es que de Bélgica también parten caminos para llegar hasta Santiago, ¿quieres conocer un poco más sobre ello? ¡Entonces sigue leyendo!
Esas conchas a las que me he referido anteriormente se conocen como vieiras, que señalan el camino a seguir de esta tradición peregrina. En una conocida obra del monje alemán Hermann Küning von Vach, este describe su peregrinación haciendo mención a las ciudades de Lieja, Bruselas y Mons.
Existen dos caminos distintos principales: la vía Brugensis y la vía Escaldea. La vía Brungensis debe su nombre a la ciudad de Brujas, la segunda, sin embargo, comienza en Gante.
Siguiendo la Vía Brabantica (llamada Via Gallia Belgica a la altura de Nivelles), la primera ciudad a la que se llega es Amberes, con la Iglesia de Santiago en el centro de la misma, que una vez fue un hospital de peregrinos del Camino de Santiago durante la Edad Media. Esta ruta en concreto es la que te permite pasar por Bruselas y Mons.
En la Via Monastica convergen otras dos: la Via Limburgica y la vía Mosana, que recorre Bélgica desde la frontera alemana hasta la ciudad de Namur. Sin embargo, la posibilidad de rutas es muy variada dependiendo de las vías que quieras combinar en tu ruta.
Las que encuentras en la Grand Place te llevan hasta Porte de Hal, en el barrio de Saint Gilles, el que es considerado como punto de partida para empezar la ruta desde la capital belga.
Dicen que los reyes de Bélgica son bastante entusiastas de esta práctica y que han repetido más de una vez. La verdad es que es una forma de hacer ejercicio al aire libre y conocer otras ciudades de Bélgica de una manera distinta. Una buena idea es empezar haciendo pequeños tramos e ir descubriendo la historia en común de Bélgica y España.
Y así iréis más preparados si en algún momento os apetece llegar hasta Santiago de Compostela. Mientras tanto, ya conocéis que son esas vieiras del suelo y habéis confirmado que no son imaginaciones familiares, ¡eso es lo que tenemos en común españoles y belgas!
Mi nombre es Fuensanta y durante los próximos meses tendré el placer de compartir mi estancia en Bruselas. Aunque llegara en septiembre, os adelanto que, a pesar de estar cinco meses aquí puedo asegurar una cosa: ¡aún queda mucho por ver! Revelaros todos y cada uno de los secretos y sorpresas que esconde la ciudad será el objetivo principal de cada publicación. Descubriremos historia, leyendas, arte, ocio, música y todo lo que un futuro estudiante erasmus necesite conocer antes de empezar esta gran experiencia.