Te lo aseguro, da una vuelta al pequeño Beguinaje de Amberés y saldrás mucho más relajado.
A pesar de estar en el centro de Amberes (Rodestraat 39) cuando entras parece que retrocedes en el tiempo (salvo por los coches): no se oye ni un ruido, ni coches, ni tram ni nada. Solo el silencio y el cantar de los pájaros.
Estos pequeños remansos de paz fueron creados para mujeres que querían vivir sin un hombre, pero no querían convertirse a monjas. Aunque no profesaban votos religiosos, no eran monjas, eran frecuentes los votos de silencio dentro de los recintos. A su vez, los beguinajes cerraban sus puertas a horas concretas no permitiendo a nadie ni entrar ni salir.
Sobre el Beguinaje de Amberes data del 1545. Este fue construido tras la destrucción del Beguinaje situado en el sur de Amberes, Het Hof Sion que acogió a mujeres desde el 1240 hasta el 1542. Desde entonces cientos de mujeres han residido en el Beguinaje que aquí os hablo. La última beguina falleció en el 1986. Hoy en día el Beguinaje es zona residencial, pero puedes acceder a él, merece la pena. Ten cuidado que cierra de 18:00 a 7:30.