Uno de los museos que pude visitar en la noche del 26 de Febrero fue el de las Fuerzas Armadas de Bruselas y es sin duda uno de los que más merece la pena visitar, ya que conserva una enorme colección de material militar, restos de batallas, ilustraciones de los efectos de las guerras que se llevaron a cabo en Bélgica, vestimentas y mucho más.
Está situado en uno de los edificios del parque Cinquantenaire y contiene en torno a unas 1000 muestras militares. Esta enorme colección hace que este museo se encuentre entre los mejores museos militares del mundo.
Al entrar en el interior del museo lo primero que vemos es la Sala Histórica en la que se pueden ver restos de la batalla de Waterloo de 1815, así como las ropas que vestían los soldados, los tipos de soldados que componían las grupos de batalla, morteros, armamento de todo tipo, ballesta, etc…
Un poco más adelante podemos ver a parte de todo el armamento y vestimentas militares los juguetes con los que se entretenían los reyes Leopoldo I y su hijo Leopoldo II cuando eran pequeños, como una maqueta de un barco de guerra o un triciclo.
A lo largo de esta sala central podemos ver en las paredes representaciones de como iban los antiguos soldados y cuadros de algunos personajes importantes todos ellos rodeados de armas (espadas, lanzas, fusiles, etc…).
Así como algunos de los vehículos que se empleaban en el siglo XIX para moverse de un lugar a otro.
Pasamos de esta sala central a la sala dedicada a la I Guerra Mundial y a la participación de Bélgica en ella. Bélgica se declaró neutral en esta guerra, pero Alemania sorprendió a medio mundo tras invadirla con el fin de atacar Francia por el camino más corto. Esto desembocó en una serie de batallas durante varios años, siendo la más cruel de todas la tercera batalla de Ypres en 1917.
Esta sala junto con la de la aviación son de las más grandes del museo, aquí podemos apreciar las enormes diferencias que hubo en el modo de lucha entre el siglo XIX y el siglo XX: ametralladoras gigantes, morteros de todo tipo, obuses, carros blindados de combate …
Moviéndose por el museo había locales que decidieron colaborar con el museo vistiendose con las típicas vestimentas de los soldados, enfermeras, generales o médicos de guerra. Y como no me ví obligado a sacarme una foto con uno de ellos, que por cierto, sabía mucho sobre el modo de lucha en la primera guerra mundial.
Tienen una serie de estantes dedicados a los trajes empleados para evitar los gases venenosos, puesto que en esta batalla fue la primera vez que se utilizaron gases para combatir. También hay representaciones de soldados utilizando los medios de comunicación de aquel entonces, como el humorista Gila haría.
Como andábamos un poco justos de tiempo para visitar algún museo más no pudimos ver la sala dedicada a la aviación, aunque en la de la I Guerra Mundial tenían una muestra de una avioneta.
En una de las esquinas de esta sala podemos presenciar los tesoros de la Rusia Imperial donde se exponen los utensilios y ropajes utilizados por los cosacos rusos, los zares y una gran colección de utensilios de plata y oro, como vasos de chupito o grandes bandejas.
Por último, hay una serie de escaparates en las que se muestra a los diferentes tipos de soldados, marineros, médicos y otros cargos de diferentes países, como Polonia, Estados Unidos, Rusia, Japón, Italia …