Y seguimos otro día más con una receta más. Esta vez vengo con las galletas más típicas del país. Y aunque ya ha pasado la Navidad, nunca es mal momento para cocinar unas ‘Speculoos’ caseras. El otro día las hice y aquí os dejo los pasos:
Ingredientes:
- 200 gramos de harina
- 1 cucharada y media de la mezcla de especias para speculoos (ver abajo)
- 125 gramos de azúcar moreno
- 125 gramos de mantequilla
- 2 cucharadas soperas de leche
- Almendras fileteadas para decorar
Mezcla de especias:
- 8 cucharadas de canela en polvo
- 8 cucharadas de clavos de olor
- 1 cucharada y media de nuez moscada
- Media cucharada de macis
- 1 cucharada de jengibre en polvo
- Media cucharada de cardamomo
- Media cucharada de pimienta blanca
Se tienen que triturar todas juntas.
Elaboración de las galletas:
Primero, mezclamos la harina, la sal, las especias, el azúcar y la mantequilla en un bol. Después añadimos la leche y amasamos hasta conseguir una masa homogénea. ¡Cuidado! Esta masa debe elaborarse el día anterior y que repose toda la noche en la nevera.
Cuando la sacamos de la nevera, la extendemos con un rodillo y le damos la forma tradicional de la galleta o la que quieras (como hice yo), las adornas con las almendras.
Y por último, se meten las galletas en el horno hasta que queden con un color dorado. Y cuando se enfríen, están listas para comer. A mí me quedaron un poco extrañas pero estaban buenísimas.
Espero que os guste.
Carla Junyent
¡Buenas! Mi nombre es Carla Junyent, tengo diecinueve años y vengo de una pequeña ciudad cerca de Barcelona, llamada Igualada. Estudio Psicología en la Universidad Autónoma de Barcelona y a partir de ahora empieza la mayor aventura de mi vida. ¡Empieza mi Erasmus en Flandes!
Mis principales aficiones son la música en todas sus formas, el teatro y viajar. Durante años asistí a clases de canto y de interpretación, y ahora canto en un coro de mi ciudad. Hablo catalán, castellano e inglés, y estoy deseando aprender algunas palabras de neerlandés y francés. Siempre que he podido, me he escapado para poder hacer un pequeño viaje o alguna ‘aventurilla’. Por eso, cuando se me presentó la oportunidad de hacer un Erasmus, no lo dudé por un momento.
Al principio, no sabía mucho de Bélgica, pero había oído hablar muy bien de ella, de su cultura, arquitectura, de sus bicis… Me empecé a interesar por esta opción de Erasmus y supe que tenía que hacerlo. Y ahora, ¡aquí estoy!