La ciudad de Gante posee tres antiguos beaterios reconocidos por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad, al igual que otros beaterios flamencos. Estos lugares son una especie de monasterios pero menos estrictos, donde las beguinas, mujeres que consagraban su vida a Dios, habitaban y realizaban sus misiones pero sin alejarse totalmente del mundo, como ocurre en los monasterios.
Los beaterios son conjuntos arquitectónicos compuestos por viviendas donde las beguinas habitaban, una plaza, una iglesia y zonas verdes alrededor. Fueron muy populares durante la Edad Media, ya que debido a las duras condiciones de vida causadas por epidemias de peste y tras las guerras y cruzadas, muchas quedaban viudas o en situación de abandono y ahí encontraban un lugar donde refugiarse. Sin embargo, con el paso del tiempo la función de estos lugares ha ido evolucionando y actualmente ya no quedan mujeres residiendo ahí con ese propósito. La arquitectura de estos beaterios refleja el estilo de la época en que fueron levantados.
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Conocido en inglés como “Holy Corner” (“la esquina sagrada”), debe su nombre a Elisabeth de Hungría. Antiguamente amurallado, sus muros se derribaron aunque sigue estando un tanto escondido para los que no sepan que está ahí. Construido cerca del barrio del Rabot, en la calle Begijnhofdries, en sus terrenos se han establecido cuatro iglesias de culto diferente: católico, ortodoxo, protestante y anglicano. Por lo que podemos decir que se respira un ambiente muy tranquilo y tolerante. En 1874 fue sustituido por el Gran Beaterio de Sint-Amandsberg, a poca distancia del centro de la ciudad.
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Construido en el año 1235 y situado en la calle Lange Violettestraat, éste es uno de los beaterios mejor conservados de antes de la revolución francesa.
Gran Beaterio de Sint-Amandsberg (pinchar para ver vídeo)
Relativamente reciente, fue construido entre 1873 y 1874 en la calle Groot Begijnhof, un poco a las afueras de Gante, para sustituir al Beaterio de St. Elisabeth. En menos de dos años se edificaron ochenta casas, catorce conventos, la residencia de la superiora, una enfermería, una capilla de San Antonio de Padua y una iglesia.
Soy Cristina López, estudiante de último año de psicología en Barcelona y ahora corresponsal de Gante, mi ciudad destino de Erasmus. ¿Mis primeras impresiones de Gante?
Han habido muchísimas cosas aquí que me han llamado la atención, como que en ocasiones un agua te salga más cara que una cerveza, que en las terrazas de algunos restaurantes te pongan mantas por si hace frío, que en todos los lavabos haya papel (incluso en los lavabos portátiles que ponen en los festivales), que a veces tengas que pagar para ir, que duerman con almohadas cuadradas, que sólo se den un beso en la mejilla al saludarse, o su predilección por el picante, ya sea poniéndose pimienta en la sopa o tabasco en los spaghetti.
Gante es una ciudad que combina tradición y progreso. Hoy en día es considerada una ciudad de estudiantes, hay alrededor de 45000, así que eso significa que, además de su belleza y su aire medieval con multitud de construcciones y calles que visitar y recorrer, es una ciudad joven y activa, constantemente en movimiento. Siempre encuentras algo que hacer, algún evento, festival o exposición que te pueda ser de interés.
A lo largo de mi actividad en este blog os iré mostrando todo lo interesante y curioso que viva durante mi estancia Erasmus, de momento espero que esta pequeña introducción os haya picado la curiosidad para seguir visitándonos y, quién sabe, ¡quizás veniros! Así que por si eso sucede, mi primer consejo es que os alquiléis una bicicleta, no es una ciudad muy grande y se puede recorrer a pie fácilmente, ¡pero no hay nada mejor que sentirse un auténtico belga! Y mi primera advertencia si vais en bici es que tengáis mucho cuidado con las vías del tranvía, ¡y más si llueve!