Algo típico de los mercados semanales bruselenses (que no había visto en los mercados de ninguna otra ciudad) es que nunca faltan los puestos de comida preparada. Sí, sí, al lado de los pimientos, los tomates y las sandías te encuentras con hamburguesas, perritos calientes, comida china y hasta mejillones, tan típicos de Bélgica.
Uno de los mercados que más oportunidades gastronómicas ofrece es el mercado de Midi, el más grande de Bruselas, de Bélgica y casi de Europa. Se celebra cada domingo por la mañana (hasta las 14h más o menos) en una explanada al lado de la estación du Midi (tan grande que es imposible no verlo, no tiene pérdida). Tras hacer la compra a precios económicos podemos disfrutar de su comida internacional, representativa de la multiculturalidad bruselense.
Varios puestos nos ofrecen comida africana preparada ahí mismo, lista para comer. Desde cosas para picar mientras echamos un vistazo a los puestos, como samosas y buñuelos de plátano, hasta platos más contundentes de pollo especiado con arroz y otras delicias.
Si preferimos el sabor árabe, podemos optar por comprar unos dulces típicos (siempre riquísimos a base de miel) o elegir entre sus distintas variedades de panes, pero es imprescindible no irse de Bruselas sin haber tomado un crepe árabe. Son baratos, con varios rellenos y deliciosos. Además puedes tomarlo sentado tranquilamente en unas mesitas y acompañado de té a la menta (cuidado, es muuuy dulce).
Tampoco hay que perderse los puestos de productos griegos, las bifanas portugesas (panecillo redondo con carne de cerdo especiada) o el Economato Español que ofrece distintos tipos de empanadillas con salsa al gusto. Y si eres de sabores más tradicionales por solo 3 euros puedes disfrutar de una deliciosa hamburguesa o un típico boudin (un tipo de salchicha) preparados delante de tus ojos.
Para quien vaya buscando un sabor más típicamente belga, tiene que acudir al puesto de mejillones, donde podrá degustarlo acompañado de los mejores vinos.
Bon appetit!