Al igual que en España los Reyes Magos traen los regalos a los niños la noche del 6 de Enero, en Bélgica quien llena de regalos los zapatos de los niños es Sinterklaas (o San Nicolás). Este personaje de barba blanca, ropajes rojos y blancos y que monta a caballo tiene un gran parecido con Santa Claus, pero no nos confundamos, son personajes completamente distintos.
La leyenda de Sinterklaas proviene del obispo San Nicolás de Myra que vivió en el siglo IV y fue nombrado patrón y de los marineros. Es justo el día de la muerte de San Nicolás, el 6 de Diciembre, cuando se dan los regalos a los niños. También se han encontrado similitudes entre Sinterklaas y el dios Odín, quien también tenía una larga barba blanca y era capaz de volar en su caballo.
Sinterklaas, a diferencia de Santa Claus es más listo y en vez de ser el quien entra por la chimenea de la casa a entregar los regalos tiene un travieso ayudante llamado Pedrito el Negro (Zwarte Piet) o Pieterknecht, como se le conoce en Flandes. Se trata de un joven de raza negra que va con vestimenta de paje del siglo XVI y que es el que entra por la chimenea para entregar los regalos, de ahí que disponga de una larga vara como los deshollinadores solían tener.
Inicialmente, Sinterklaas solamente tenía un ayudante, pero en la actualidad son muchos los jovenes pajes que le ayudan en la labor de repartir regalos (debe ser porque ahora son más los niños a los que hay que repartir y decidieron contratar más Pedritos).
Una de las cosas que más me llamaron la atención cuando me hablaron sobre la leyenda de Sinterklaas es que en vez de venir del Polo Norte como viene Santa Claus, ¡Sinterklaas viene de España! y lo mejor es que viene en un barco de vapor con su caballo y sus pajes. Siempre suele llegar a mediados de Noviembre y en la gran mayoría de las ciudades de Flandes se hace una cabalgata en la que van repartiendo dulces a los niños y hacen espectáculos de todo tipo, similar a la cabalgata de los Reyes Magos.
Pero el día de Sinterklaas no es únicamente para los niños, los jovenes y adultos también disfrutan de este día. Es habitual que la gente se regale dulces o mandarinas, las mandarinas están asociadas a Sinterklaas y una de las teorías que explicaría porque viene de España es porque va allí a recogerlas para regalarselas a los niños.
Yo he debido de portarme bien porque Sinterklaas también me dejó un regalito, una chocolatina con su cara, que por cierto estaba riquísima. Así que sed buenos vosotros también si queréis que os traiga algo el año que viene.