La semana pasada os comenté que, el día 1 de diciembre, Sinterklaas llegaría al centro de Bruselas y así fue. Fue un desfile muy sencillo, lleno de música, de dulces y, sobre todo, de ilusión.
A la cabeza, iba la Asociación de amigos del Manneken Pis, con una réplica del mismo e, inmediatamente detrás, estaba Sinterklaas rodeado de sus pieten.
Llegaron a la Grand-Place sobre las 15h y rodearon el árbol, entre cánticos y danzas. En ese momento, pude escaparme entre la gente para ver, antes de que lo desvistiesen, al pequeño meón vestido para la ocasión.
No faltaron los disfraces ingeniosos, las risas y las melodías pegadizas. Ahora, sólo queda disfrutar y portarse bien hasta el próximo día 6 de diciembre que, al despertarnos, puede que encontremos algún regalito bajo nuestros zapatos