Parece casi un deber moral. Si vamos incluso únicamente dos días a un lugar diferente al que estamos acostumbrados, tenemos que volver renovados; da igual si de vocabulario, si de conocimiento o de ánimo, pero renovados. Sentimos como que hay ciertas expresiones o costumbres que tenemos que haber adoptado aunque sea simplemente por haber hecho el viaje y habernos tenido que hacer el bocadillo de rigor que se toma en el autobús de ida. Y es que a veces se siente como si solamente hubiésemos vivido la experiencia completa del lugar si nos hemos aprendido un chiste local o si sabemos el nombre de la persona que hizo la fuente de la plaza mayor.
Si eso ya nos ocurre cuando hacemos un viaje de fin de semana a un pequeño pueblo cerca de casa, estando cinco meses de Erasmus en un país a varios miles de kilómetros del tuyo, como es el caso de Bélgica, se tiene que traducir en saber cantar Cumpleaños Feliz al derecho y del revés en flamenco una vez volvemos a España.
Como no es posible resumir en un único post todo lo que se puede aprender en una ciudad tan completa y tan llena de vida como es Bruselas, hoy quiero hablaros de una de las cosas que más me apasionan de Flandes en general y de Bruselas en particular: la arquitectura. Específicamente me voy a centrar en esos nombres básicos que tenemos que tener seguro en la mente bien al salir de Bruselas, o bien al entrar en la ciudad por primera vez.
A pesar de que Bruselas está lleno de arquitectura que te obliga a dejarte el cuello por no poder dejar de mirar, como se ha mencionado muchas veces en este blog el estilo arquitectónico que predomina y que es típicamente famoso de aquí es el Art Nouveau. Comenzando en el siglo XIX y continuando la tendencia a lo largo del siglo XX, el Art Nouveau está caracterizado por el uso de materiales nuevos en el momento como hormigón o cemento, así como la presencia notable de vidrio en los edificios; una clara influencia de la naturaleza; muchas figuras asimétricas y curvas; así como un diseño extravagante.
Hay muchos (muchísimos) arquitectos flamencos importantes. Sin embargo, el nombre de Víctor Horta es simplemente indispensable, especialmente cuando estamos hablando del Art Nouveau. Nacido en Gante, él fue el arquitecto de lugares tan importantes en Bruselas como el Palacio de Bellas Artes de la ciudad; la estación central de Bruselas; el Museo Horta; o la Casa Solvay, considerada patrimonio mundial de la UNESCO.
¿Y qué decir de la Grand-Place? Si tenemos en cuenta las características generales del Art Nouveau, podemos ver claramente que el ayuntamiento de Bruselas que se encuentra en esta plaza no pertenece a este estilo, sino al estilo gótico. Sin embargo, igual que cuando nos quedamos con un rasgo determinado cuando conocemos a alguien, esta construcción se ha convertido en el lunar en el que todo el mundo piensa si hablamos de Bruselas. Y como toda construcción compleja (especialmente en el siglo XV, cuando se comenzó a construir), nos encontramos con varios arquitectos importantes, divididos según la zona que construyeron. El sueño de ayuntamiento comenzó con el ala este con Jacob van Thienen, Jean Bornoy y G. Vander Borecke; Guillaume de Vogel se encargó del aula Magna; y Jean van Ruysbroeck se encargó de la parte superior y la flecha que podemos ver en el ayuntamiento.
Si hablamos de Mont des Arts (porque tenemos que hablar de Mont des Arts si queremos ser agradecidos con el arte), nos encontramos con dos arquitectos nacidos en Bruselas como son René Pechère y Maurice Houyooux, así como el arquitecto flamenco Jules Ghobert.
Y es que pasear por las calles de esta capital de la cultura es símil de soñar despierto durante todo el recorrido. Imaginarte historias que pudieron pasar o que pasarían en otra época y convertirte en el personaje principal que se enamora, solamente que esta vez de una ciudad. Y no hay mejor amante que Bruselas.
¡Muy buen día, arquitectos!
Me llamo Marina Carrasco Valero, estudio Periodismo y Comunicación Audiovisual, y este primer cuatrimestre voy a ser vuestra corresponsal Erasmus en Bruselas. Durante los próximos cinco meses, voy a ser la pequeña puerta que os lleve a tocar, paladear, ver (aunque con un poco de miopía), oler y oír Bruselas. Juntos vamos a descubrir sus secretos, exhibiciones, conciertos, festivales…