Pensábamos que hasta abril íbamos a tener que resignarnos a ver el Japanese Garden desde el otro lado de la valla, pero, ¡no! Hoy después de comer hemos recibido la noticia de que los días 13 y 14 de febrero iba a estar abierto con el fin de que unos pocos privilegiados lo pudiéramos disfrutar en invierno.
El Japanese Garden, como os comenté en esta entrada, se encuentra en el Kapermolenpark, el pequeño parque ubicado en el noreste de Hasselt. En él podemos encontrar todo tipo de elementos relacionados con la cultura Japonesa.
El jardín tiene un circuito que está marcado en un único sentido, por el tema Covid, y atraviesa todo el parque de forma circular. Nada más entrar, llaman la atención los estanques, ahora congelados, que ocupan la mayor parte de él. A medida que se avanza en el circuito se pueden ver distintos tipos de arboles Japoneses, cada uno con su forma lograda gracias al trabajo distintivo de los cultivadores Japoneses. Al ser invierno, los únicos árboles que mantienen sus hojas son los llamados Matsu. Estos árboles son una especie de pino, que simbolizan la larga vida y la eternidad. Además, se suelen juntar con el bambo para representar el año nuevo.
En cuanto a los monumentos, una parada obligatoria en el circuito es el Peacebell, una campana que se hace sonar con un gran palo de madera. Este simboliza la paz y el rechazo a la guerra y fue construido en para encarnar las buenas relaciones diplomáticas entre Bélgica y Japón.
También se pueden encontrar el Jinja, la casa del te o EMA, una especie de soporte con maderas horizontales donde se pueden colgar deseos.
Para acabar, una pregunta que nos hemos hecho todos los que hemos ido, y que supongo vosotros también: Si los estanques están congelados, ¿Qué ha pasado con los peces? Pues bien, después de especular varias opciones hemos visto que lo más sensato era preguntarlo, y la verdad, la respuesta era la que menos esperábamos. Ni los han sacado antes de la helada, ni han hecho sushi con ellos, ¡los peces siguen ahí! Así es, los Koi Fish hacen un tipo de hibernación llamada torpor, que les permite regular su temperatura incluso debajo del hielo. Así que cuando suba la temperatura los podremos ver nadar otra vez a sus anchas.
En abril lo visitaremos otra vez; el mismo parque, pero seguro que diferentes sensaciones.
Un abrazo,
Iñaki Balier.🤟
¡Buenos días viajeros! Me llamo Iñaki Balier y soy un estudiante de Ingeniería de Energías Renovables en la Universidad del País Vasco, en concreto, en la pequeña escuela ubicada en Éibar (Guipúzcoa). Estoy cursando cuarto de carrera, asique para cuando acabe este viaje, pretendo haberme convertido en un ingeniero completo, siempre y cuando, la carrera de Ingeniería Electromecánica que voy a estudiar en Hasselt no me ponga las cosas muy difíciles.
La afición que me puede llevar a darle un enfoque diferente es el deporte. Me gusta mucho experimentar diferentes y hacerlo regularmente. Los que más práctico, son la escalada, el running y el ciclismo, aunque otros como la natación o el slackline no se me quedan muy atrás.