¡Si es que la ciudad está llena de sorpresas! Estoy seguro de que, más de una vez, saldréis de casa con la intención de dar un simple paseo o buscar algún sitio tranquilo donde mantener una charla. Y puede que, mientras andáis, os encontréis con alguna de estas situaciones: una muchedumbre con prisas por llegar a algún sitio, una ráfaga de viento que transporta olor a comida recién hecha, o el lejano murmullo de música que percibimos tras girar una esquina. Pues bien, si atisbáis alguna de estas señales, hacedme caso y caminad en esa dirección. ¡Sólo podéis encontrar cosas buenas!
Como por ejemplo un mercado gastronómico, ¿qué suerte, no? Es cierto que la ciudad está plagada de ellos, pero también es cierto que cansarse es imposible, puesto que cada uno posee su propia firma, algún detalle que los hace distintos entre ellos. Y por supuesto, en cada uno encontraréis quioscos diferentes cuyas propuestas varían tanto que podréis escoger entre comeros una hamburguesa, un helado, o tomar una copa de champagne. Una cosa es segura: ¡encontraréis opciones para saciar todos los gustos y antojos!
¿No es la manera perfecta de empezar el día? Dad un paseo entre los puestos de comida, probad productos artesanales, aprovechad para tomar el sol, y siempre, siempre, deleitaros con la música cantada en directo o incluso reproducida por un viejo tocadiscos. Eso sí, ¡disfrutad!