El otro día, cuando me asocié a la biblioteca, la bibliotecaria me pidió los típicos datos personales. Me preguntó por mi año de nacimiento, mi lugar de nacimiento, mi nacionalidad y mi numero de teléfono. Hasta aquí todo normal. Lo curioso llegó cuando me preguntó por mi dirección. Yo respondí “Spanjaardstraat” con mi mediocre pronunciación flamenca , lo que saliendo de mi boca vendría a ser un «espanjansstrat». Por alguna razón a la señora le hizo gracia (por alguna razón o por mi pronunciación).
Al llegar a casa, mi curiosidad hizo que buscará la calle, y vaya lo que encontré…
Señores, vivo en la calle de los españoles. Como lo oís. A la señora bibliotecaria le pareció curioso que una española viviera en la «Calle España».
Resulta que la calle «Spanjaardstraat» en el siglo XV era una especie de barrio chino, pero en versión Spain.
A partir de ese momento empecé a atar hilos. Mi universidad se llama Vives, un apellido bastante común en Cataluña y Valencia, así que volví a consultar y… ¡bingo! El nombre de la universidad se debe a un intelectual valenciano llamado Joan Lluís Vives que habitó en Brujas entre el año 1528 y el 1540. En ese momento, me di cuenta de que España y Brujas están de alguna forma conectadas. ¿Pero porqué?
Todo tiene su motivo. Resulta que Juana, la hija de los reyes católicos, contrajo matrimonio con Felipe, el heredero de Flandes y eso produjo una larga simbiosis entre las dos coronas, cuya herencia sigue viva a día de hoy. Durante unos doscientos años, Flandes restó bajo dominio español y este par de siglos han dejado alguna que otra huella en la ciudad. En Brujas se instalaron una gran cantidad de comerciantes españoles, debido a sus tradiciones comerciales y por lo tanto fue testigo de ese dominio. No es de extrañar que la ciudad todavía guarde recuerdos de esa época, como por ejemplo mi calle, la plaza Boskajerplaats (calle de los vizcaínos), la mansión de la familia Pérez de Malvenda, que se encuentra en el número 53 de la calle Wollestraat o la tumba y escultura de Joan Lluís Vives, ubicada en el número 6 de la calle Vrouwekerkhof-Zuid.
La influencia española se puede encontrar incluso en los hoteles. El Hotel Aragón, de la calle Naaldenstraat 22 o el Hotel Navarra de la calle Sint-Jakobsstraat 41, son dos buenos ejemplos de la huella que dejaron los españoles hace doscientos años.
Soy Núria, una catalana de veintidós años que lleva esperando su Erasmus en Flandes desde antes de empezar la carrera. Me encanta leer, escribir y hablar. Escuchar también, me encanta aprender cosas nuevas. No podría vivir sin arte. Cuando estoy triste escucho música y cuando estoy feliz también. Amo comer, supongo que el amor por la comida me viene de mi padre. En mi casa, siempre hemos sido de probar platos típicos de otras culturas, y no solo eso, de aprender a cocinarlos también.
Desde los catorce, tuve claro a qué me quería dedicar. Mi sueño era bastante específico: estudiar periodismo en Madrid. Luego, llegó el bachillerato y con ello las clases de economía. Nunca pensé que me fuera a gustar algo así, pero vaya si me gustó… La economía me generaba una curiosidad tan grande, que la puse de primera opción junto con ADE. De esta forma, en 2016, empecé un doble grado en economía y ADE. Descubrí un mundo nuevo, y fui consciente de lo importante que era la economía para ayudar a la gente. Comprendí que los economistas son importantes, pero no para lo que cree la mayoría de la gente. Ellos pueden elaborar modelos para reducir la pobreza, extinguir la corrupción e incluso evitar guerras. A medida que aprendía más cosas, mi amor por la economía crecía. Hoy, la economía me apasiona, de esto no tengo ninguna duda, pero el periodismo aún forma parte de mí.
2 comentarios
Me encanta el post!! No tenia ni idea de esta parte de la heréncia histórica de Flandes.
Es muy interesante, y verlo en directo aún más. ¡Me alegra mucho que te guste! Un abrazo Martina❤️