Una mañana de domingo del mes de Octubre en la que por primera vez en mucho tiempo el día se levantó soleado decidí coger la bicicleta e irme a ver aquello de Gante que aún no había visto y una de las cosas que me sorprendió fue la torre del campanario o Belfort.
Se encuentra en el casco antiguo de Gante y se puede visitar por dentro por 3,75€ si eres menor de 26 años. En su interior nos encontraremos con cuatro plantas, en cada una de las cuales hay un pequeño museo y en la última planta se puede divisar toda la ciudad desde lo alto, algo que de verdad merece la pena.
La torre de Belfort fue empleada para anunciar asambleas populares o llamar a las armas repicando la campana Roeland que se encontraba en lo alto de la torre. Desde la torre se vigilaba continuamente la ciudad y en caso de incendio, disturbios o acercamiento de tropas enemigas se alertaba a la población.
En el año 1999 la Unesco declara el campanario de Gante como Patrimonio de la Humanidad reconociendo el valor universal de un espacio natural o cultural, que merece resguardo y protección por el bien de la humanidad.
- Sala Secreta
En el plan inicial esta sala estaba pensada como planta semisubterranea con entrada, ventana y letrina pero por razones desconocidas nunca se llevó a cabo el proyecto. En 1402, la sala se transformó en una sala de archivos donde se guardaban los privilegios que describían los derechos de la ciudad en unos cofres sellados y anclados al suelo. Durante la Segunda Guerra Mundial los ocupantes alemanes construyeron un entresuelo de hormigón y emplearon la Sala Secreta como cuartel general.
En esta sala se pueden observar los cuatro vigías que velaban por la torre del campanario, uno de ellos es original mientras que los otros tres son copias de yeso de la restaración de 1913. Anteriormente se encontraban cada uno en las esquinas de la torre, pero se fueron bajando uno a uno hasta que en 1870 se bajó el último de todos.
En lo alto de la torre actualmente se encuentra una estatua de un dragón, este símbolo ha permanecido ahí durante siglos, pero no penséis que siempre ha sido la misma estatua. En esta sala se pueden observar las distintas estatuas de dragón que han coronado la torre desde su creación. El primer dragón se encuentra totalmente deteriorado, quedando de el solamente algunas placas y tornillos. Del segundo, que estuvo en la torre desde 1854 hasta 1979 se encuentra en bastante buen estado.
También se pueden apreciar algunas maquetas del campanario de diferentes años.
Las campanas tenían una gran importancia entre la población ya que no sabía leer ni manejar las cifras, así que se guiaban por los toques de las campanas para conocer la hora, el día, la noche, etc… En 1377 se alzó en lo alto de la torre la campana Roeland que más tarde junto a la construcción de un sistema para tocar esta y otras múltiples campanas, daría origen al carrillón.
A medida que han ido pasando los años, al igual que sucede con el símbolo del dragón, las campanas del carrillón se han ido deteriorando y ha sido necesario restaurarlas e ir añadiendo campanas nuevas. Algunas de estas campanas se pueden apreciar en la segunda planta.
En la tercera planta se puede ver la campana Roeland, no tengo muy claro si es la original o una reconstrucción de la misma que se albergaba en lo alto del campanario.
En esta planta destaca sobretodo el tambor del carrillón que pone en funcionamiento 40 campanas y que consta de 17600 agujeros cuadrados que tiran de las cuerdas que hacen sonar las campanas. El mecanismo es muy similar al de una caja de música y está unido a un reloj magistral que hace que suene cada cuarto de hora.
En la cuarta planta hay unos balcones que rodean toda la planta desde los cuales puedes ver toda la ciudad desde uno de los puntos más altos. Desde mi punto de vista este es el mayor atractivo de la torre, poder divisar las otras dos torres (la iglesia de Sint Niklaas y la Catedral) desde la torre intermedia. Es aconsejable ir en un día que no haya niebla ya que sino no se puede divisar prácticamente nada, aunque aquí el tiempo es impredecible.