¡Muy buenas! Hoy vengo con un post un poco siniestro y a la vez curioso, donde demuestra la maldad y la imaginación que puede tener el ser humano para hacer algunas cosas horrorosas. Nunca es plato de buen gusto ver las cosas más feas y dañinas que se han hecho durante muchísimos años, pero queramos o no, es parte de nuestra historia, y esta no está para olvidarla sino para aprender de ella y no cometer los mismos errores.
Esta vez hice una visita al museo de la tortura de Brujas ubicado en la calle Wollestraat 29. Este edificio albergaba una de las cárceles más antiguas de Europa “De Oude Steen”, y fue reconvertido en museo por la inmensa colección de artefactos y de figuras que contiene.
Ya solo la entrada augura un mal presentimiento, puesto que son unas estrechas escaleras que llegan hasta una sala subterránea. El museo se basa en una sola planta donde se reparten docenas de artilugios y maquinas de las que su único fin era hace daño. Por aquí os dejo algunas fotos de las que para mí, eran las más terribles, pero esto solo es una muy pequeña parte de lo que os podéis encontrar si os acercáis allí.
Como recomendación, si eres muy sensible o estás comiendo, no seguiría leyendo esta entrada, puede herir los sentimientos.
Maquinas de la tortura
El Judas Crandle era un soporte de madera con forma de taburete alto, con una pirámide de metal o de madera en la punta. La victima era desnudada y se suspendía mediante cuerdas. Luego, estas se bajaban lentamente haciendo que la pirámide ingresara en la vagina, el ano o el escroto. Además, si esto no fuera poco, la maquina no se limpiaba, por lo que era común adquirir varias infecciones.
The Brazen Bull o the Sicilian Bull es un toro fabricado enteramente de bronce con una pequeña entrada a un lado. Los condenados son encerrados dentro de él y se le prende fuego por debajo. A medida que el bronce se calienta, la victima va quemándose hasta morir abrasado. Lo peor es que no solo buscaban el dolor y la muerte, sino que también estaba presente la vergüenza, por lo que el toro tenía un aparato acústico con el que los gritos de los encerrados se convertían en bramidos.
La silla de la tortura, no creo que necesite mucha explicación, puesto que solamente con su apariencia nos podemos imaginar las barbaridades que han sucedido en ella. En caso de querer usarla como ejecución, la muerte podía tardar desde horas hasta más de un día. ¡Horroroso!
Como antes he comentado, para más, lo mejor es acercarse al museo mismo y contemplarlo con tus propios ojos. El museo está abierto todos los días de 10:30 a 18:30 y cuesta generalmente 9€, aunque los estudiantes podemos entrar por 6€.
Espero no haber revuelto muchas tripas, pero son cosas que han pasado durante la historia y es necesario que todo el mundo sepa de ello.
Un saludo,
Iñaki Balier.🤟
¡Buenos días viajeros! Me llamo Iñaki Balier y soy un estudiante de Ingeniería de Energías Renovables en la Universidad del País Vasco, en concreto, en la pequeña escuela ubicada en Éibar (Guipúzcoa). Estoy cursando cuarto de carrera, asique para cuando acabe este viaje, pretendo haberme convertido en un ingeniero completo, siempre y cuando, la carrera de Ingeniería Electromecánica que voy a estudiar en Hasselt no me ponga las cosas muy difíciles.
La afición que me puede llevar a darle un enfoque diferente es el deporte. Me gusta mucho experimentar diferentes y hacerlo regularmente. Los que más práctico, son la escalada, el running y el ciclismo, aunque otros como la natación o el slackline no se me quedan muy atrás.