¿Has elegido Bélgica cómo destino de Erasmus? ¿Estás buscando una manera de aumentar tus ahorros para poder disfrutar al máximo de esta experiencia? Trabajar como corresponsal de Erasmus es sin duda la mejor opción que podrás encontrar.
Mi experiencia
Cuándo mi universidad me informó de esta oportunidad lo vi claro, era el trabajo perfecto para mí. Siempre que viajo me encanta tomar fotos de todos los lugares, grabar videos, subir contenido a mis redes sociales… Además, me encanta el arte y la arquitectura por lo que visitar museos, exposiciones, Iglesias, monumentos, etc. Se encuentra entre mis actividades favoritas.
Me tome mi tiempo en preparar minuciosamente todo el contenido necesario para optar al trabajo y me esforcé en que se vieran tanto mis capacidades cómo mi entusiasmo. Cuándo me llamaron para anunciarme de que había conseguido el puesto no me lo podía creer, estaba más que ilusionada, comencé desde ese momento a mejorar mis técnicas de edición de video y a leer acerca del arte y la cultura belga.
Cómo fue trabajar como corresponsal
Sin embargo, semanas antes de embarcarme en este viaje me daba mucho miedo no estar a la altura o perder demasiado tiempo de mi Erasmus ocupándome del blog. Tras 5 meses, a pocos días de terminar toda esta experiencia, soy más consciente que nunca del regalo que ha sido trabajar aquí.
Primero, gracias a la compensación económica he podido disfrutar de mi Erasmus sin preocuparme del dinero, he podido visitar todos los lugares que he querido, comer en elegantes restaurantes, comprar recuerdos y detalles para mi familia, beber miles de cervezas en los más bonitos de los bares… Después, el hecho de tener este trabajo me ha permitido aprender muchísimo más de todos los lugares que he visitado, a la hora de escribir los posts iba descubriendo cosas nuevas y recordando todos los pequeños detalles, y además, tendré para siempre todos estos recuerdos escritos para volver a ellos cada vez que añore Bélgica.
Trabajar en este blog te empuja a vivir nuevas experiencias, visitar sitios increíbles, descubrir leyendas, aprender de todo lo que rodea tu ciudad y el país entero, esforzarte por profundizar en el sentido y la historia de cada lugar, y no pasar por encima con prisas y la mirada perdida.
Finalmente
De Bélgica no solo me llevo personas y recuerdos increíbles, también me llevo la oportunidad de haber crecido como persona en todos los aspectos: haber aprendido tanto de este país; haber entendido a la perfección estilos arquitectónicos cómo el gótico brabantino; haberme deleitado con maestros flamencos capaces de convertir la pintura en telas, joyas, aire y movimiento; haber descubierto mil y una cervezas diferentes; y haberme empapado en la esencia belga, de tal manera que siento que parte de mi hogar se queda aquí, en los callejones de Flandes.
Mi nombre es Luna, tengo 20 años y vivo en Madrid. En general soy una apasionada de la vida, de los viajes, el arte, la música, el baile, el surf, el mar, la escalada… todo lo que suponga una aventura para mí siempre será un SÍ.
Este semestre mi aventura comienza fuerte: me he mudado a Brujas ¡La ciudad de ensueño! Y aunque apenas lleve aquí una semana, os puedo asegurar que así es. Todas las calles están bañadas de un aura especial, casi mágica.
Recuerdo una de las primeras noches aquí, entre las vacaciones y la lluvia las calles estaban vacías. Paseando a la luz de las farolas, sentí como si me transportara a otra era… Los suelos empedrados, el musgo creciendo por las paredes de una gran iglesia gótica, cuyas vidrieras relucían con luz propia. Todo parecía salido de un precioso y enigmático cuento medieval.