¡Hola querido lector!
Bélgica es mundialmente conocida por su cerveza y si la has probado ya sabrás que es un mérito más que merecido. Lo que a veces resulta algo complicado es decidirse por cuál probar, la oferta es tan grande y tan amplia que puede resultar un poco desconcertante sentarte en un bar y tener que elegir entre 20 cervezas que probablemente nunca antes has escuchado. Entonces bien… ¿Qué pido? Yo no te diré que no te decantes por una Stella Artois (muy típica si estás en Lovaina), una Duvel, Cornet, Chouffe, Leffe… Porque a mi me gustan todas… Pero hoy en concreto vengo a hablarte de las cervezas trapenses.
Las cervezas trapenses son aquellas que se elaboran en monasterios trapenses, siguiendo la tradición de los monjes. Para que se considere una autentica cerveza trapense (sello Authentic Trappist Product) debe producirse dentro de los muros o en los alrededores de la abadía, su elaboración debe ser bajo la supervisión de la comunidad monástica y los ingresos se tienen que usar para el sustento de los monjes, para el mantenimiento del monasterio y obras sociales. Actualmente, solo se fabrica cerveza trapense en 14 monasterios por todo el mundo, y por suerte seis de ellos están en Bélgica.
- Rochefort, elaborada en la Abadía de Notre-Dame de Saint-Rémy, en la provincia de Namur.
- Chimay, elaborada en la Abadía de Notre-Dame de Scourmont, en la provincia de Hainaut.
- Orval, elaborada en la Abadía de Notre-Dame d’Orval, en la provincia de Luxemburgo.
- Achel, elaborada en Sint Benedictus Abdij, en la provincia de Limburgo.
- Westmalle, elaborada en Abdij van Onze-Lieve-Vrouw van het Heiling Hart (La Abadía de Nuestra Señora del Sagrado Corazón), en la provincia de Amberes.
- Westvleteren, elaborada en la Abadía de Sint-Sixtusabdij, en la provincia de Flandes Occidental.
La última de ellas es una cerveza que probablemente no encontraras en la carta de cualquier bar. Su producción es muy limitada y hasta hace poco el poder comprarla era un privilegio reservado para algunos pocos. Por suerte, ahora puedes encargarla en su página web durante ventas concretas y acercarte al mismo monasterio a recogerlas o recibirlas en casa (solo en Bélgica). En concreto la Westvleteren 12 ha sido considerada por expertos como la mejor cerveza del mundo. Yo no he tenido la suerte de probarla todavía, pero está en mi lista de cosas pendientes en los próximos meses.
Yo ya he empezado la cata de las cervezas trapenses belgas, y quien sabe si no ampliaré el reto a las cervezas trapenses del mundo. Hasta la próxima,
Celia.
Mi nombre es Celia, tengo 21 años y soy de Guardamar del Segura, un pueblo de la costa de Alicante. Este primer semestre lo pasaré en la ciudad flamenca de Lovaina, estudiando mi último año de Ingeniería Mecánica en la prestigiosa universidad KU Leuven.
El tema sobre el que se centrarán mis artículos es el arte. ¡Pero no quiero que por eso pienses que solo voy a hablar de museos! Hablaré de pintura, música y arquitectura, si… Pero también de los maestros chocolateros, de la moda, la cerveza y de todo el arte que se puede descubrir por la calle sin necesidad de hacerse con una entrada de museo. Es por eso que te animo a que me des una oportunidad y te dejes caer por alguno de mis posts, todos los lunes, miércoles y viernes.