¿Es Bruselas una ciudad verde? Bueno, quizás desde las grandes avenidas y principales vías de tráfico no lo parece. Allá donde se entremezclan autobuses, tranvías, coches, motos, bicicletas o patinetes formando un gran caos urbano, resulta difícil de creer. A pesar de ello, los datos hablan: existen 28m2 de naturaleza por cada bruselense, lo que convierte a la ciudad en una de las más verdes de Europa. Prácticamente cada comuna tiene sus propios parques y jardines públicos donde hacer deporte, pasear o sentarse a hacer un picnic. Los árboles adornan las aceras. Contiene incluso (el principio de) un gran bosque. ¿Cómo es posible, un bosque dentro de la ciudad? Bienvenidos a Bois de la Cambre.
Después de visitarlo, no entiendo cómo estas 124 hectáreas no se conocen como una de las principales atracciones turísticas. Que sí, el centro y el Atomium son icónicos, pero no sé por qué he tardado semanas en enterarme de que existía esta maravilla. Y es que, «medio bosque, medio parque al estilo inglés», este oasis verde que empieza donde termina avenue Louise ofrece bastantes posibilidades turísticas.
Los locales desde luego lo conocen, por eso es habitual ver paseantes jugando con sus mascotas, personas corriendo o en bicicleta, parejas remando en las barcas del lago… El día que yo fui era el típico bruselense de tiempo inestable que sale el sol, se nubla y te confunde. Aun así, a mi mente venía todo el rato la imagen de un picnic con amigos bajo la sombra de los árboles. Además, me reservo la idea de coger una barca para la próxima: están disponibles con remos y con pedales. Si no os apetece este plan «deportivo» u os sentís hambrientos después, un ferry os puede trasladar al restaurante en la isla central del lago.
Podéis pasar todo un día aquí, depende de lo mucho que queráis recorrer y por supuesto, cómo se porte el tiempo. Aunque la mayor actividad se concentra en torno al lago (y lo entiendo porque no te cansas de admirarlo), si preferís no ver a nadie por largos ratos, quedaos entre los árboles. Realmente da la sensación de estar en mitad del bosque. No se oyen ni ven coches aunque el tráfico no queda lejos, y son pocas las personas que encontraréis fuera de los caminos principales. Los senderos están señalizados, pero podéis abriros vuestro propio camino y explorar. Los amantes del senderismo os sentiréis aquí como en vuestras excursiones a los bosques entre montañas.
Y es que de hecho, Bois de la Cambre es el inicio del Bosque de Soignes, el verdadero responsable de que Bruselas pueda presumir de tanta superficie verde. Anteriormente, tenía una posición más periférica, pero la burguesía ya solía acudir a pasear y socializar los domingos en familia desde su creación en 1862. Desde entonces, se convirtió en centro de ocio y relajación para las clases acomodadas, y hoy continúa siendo el pulmón de la ciudad, para todos. La verdad, desprende un ambiente especial de reunión con la naturaleza y con otros, más allá del ruido y movimiento incesante de la capital. Si vais a estar más de unos días en Bruselas, reservadle una mañana o tarde… Volveréis.
¡Nos leemos pronto!
Me presento, me llamo Julio Yustas, tengo 23 años y voy a ser parte del equipo de corresponsales que, durante el próximo semestre, va a intentar que disfrutéis de Flandes al menos tanto como nosotros.
Vengo de Valencia, donde estudio el Máster de Ingeniería Industrial en la Universitat Politècnica de València. Durante los dos próximos años, disfrutaré de Bruselas gracias a un acuerdo de doble titulación por el que estudiaré el Máster en Ingeniería Electromecánica en la Université Libre de Bruxelles (ULB).
Me considero una persona bastante proactiva y es difícil que no me encontréis embarcado en alguno de mis múltiples proyectos. Mi tiempo libre lo dedico principalmente a pasar tiempo con mis amigos, viajar, la fotografía y la cocina.